Pues ha pasado lo que menos me esperaba. Me he despertado obligándome a cambiar la mentalidad, repitiéndome a mi misma que yo valgo, que no tengo porque sentirme inferior, que tengo mucho que aportar, que no puedo tenerle miedo a unos niños a los que le supero notablemente en edad, cuando a priori, ellos siempre ven a un profesor como a una autoridad. Que no podía frenarme en mostrar autoridad porque fueran a reírse de mi cuando, si me quedo callada sin llamarles la atención, sí que me van a tomar a cachondeo.
La cosa ha cambiado muchísimo. He hablado mucho con mi tutora, he sido capaz de regañar a los niños cuando la situación lo requería. Me he sentido cómoda durante las 5 horas de prácticas. En un sólo día ha cambiado la cosa completamente y sólo por cambiar mi percepción de mi misma, porque es con seguridad en uno mismo como se pueden afrontar este tipo de cosas.