Hola de nuevo. He leido vuestras experiencias, me parecen muy interesantes. Veo que no soy el único al que la educación de sus padres le ha afectado tanto. Quería decir bien claro que yo no culpo a mis padres porque los conozco y sé que han hecho lo único que sabían y creían mejor para mi. Evidentemente tanto una educación sobreprotecctora como pasota puede generar en nosotros muchos trastornos psicológicos. Creo que también depende de la sensibilidad del individuo. Creo que siempre he sido muy sensible y eso hizo que me afectara todo lo que mis padres me enseñaban, quizás si hubiera sido menos sensible los trastornos que hoy padezco no existirían o serían más leves. Hoy, a mis 33 años, vivo encerrado en mi casa viviendo con mis padres, y aún me siguen tratando como un crío de 5 años, sé que lo harán hasta que mueran, a veces me enfado y me gustaría rebelarme, pero como todo en la vida me siento impotente. Me he sentido muy indentificado con lo que Artemisa contaba de que su madre no hace otra cosa que tener miedo a todo, a que la violen, que te pille un coche, que te secuestre... oh sí, lo he vivido yo también y lo sigo viviendo. Hasta para ir al psicólogo mi madre se preocupa de que me ocurra algo. Esto solo fomenta nuestra inseguridad y miedos. Como dice treintaytantos no hay que mirar al pasado, sin embargo, el pasado me ha hecho como soy. Sé que el pasado no lo voy a cambiar, pero ¿cómo cambiar mi presente con tanto miedo a todo? Tengo 33 años, pero me siento un niño pequeño de inseguro.
Cuando llegué a la adolescencia comencé a tomar consciencia de que algo no funcionaba bien en mi. Cada vez me asustaba más la gente, pero ocurrió algo inesperado en mi vida. A los 14 años me enamoré locamente de una chica de mi colegio. Jamás lo dije a nadie, no sabía o no podía expresar mis sentimientos. Había llegado el momento de enfrentarme a mis miedos, de tomar decisiones. Sabía que tenía que decirle lo que sentía a aquella chica, pero me resultó imposible. No sabía porqué entonces, sólo sabía que sentía miedo e inseguridad. Era lo único que quería en la vida, pero no fui capaz de acercarme a ella, y todo por miedo. Por primera vez en la vida intenté ser independiente y fracasé estrepitósamente, no por mis padres, puesto que era yo el que debí hacer algo, pero yo era el producto de todos los miedos que me fueron inculcando.
Hoy sigo igual que entonces, creo que nada ha cambiado, excepto que soy más consciente de lo que soy y cómo soy. No sé relacionarme, me asusta todo, el sexo, la gente... y me siento muy frustrado, impotente e inútil.