Yo tengo no acabo de situarme o no me comprenden. Será cierto aquel adagio de
Van der Rohe:
menos es más .
Cuando deseaba ardientemente ser aceptado por los otros, me ignoraban y despreciaban, en mis propias narices. En cambio, ahora que ignoro a los demás, parece que les caigo bien o, como mínimo, tienen interés en conocerme. No hay un sólo año en que en el trabajo no me inviten a la cena de Navidad o pasar unos días de asueto en vacaciones, pese a que no hablo con esa gente. Entendía que me considerasen un maleducado o un prepotente, empero no les molesta mi actitud tan evasiva. Y a mí sí la suya tan condescendiente, ********
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