Sí, desde luego, pero toda mi vida he sentido que soy yo la que tengo que dar el primer paso. No me cuesta, pero a la larga cansa, es muy frustrante. Si lo dices, como te sientes, es peor, porque inconscientemente mucha gente es cruel y seguirán sin facilitarte las cosas, ponerte la zancadilla como niños pequeños aun sin saberlo ellos mismos. Sé que hay gente buena, alegre, interesante y cariñosa; la sé reconocer pero tengo la sensación de que se esconde mucho.