No me llevaría nada de valor personal, sólo objetos para mitigar el tedio que supondría vivir en una isla desierta: un portátil, un cargador a pedales y un lector de libros electrónicos, que se me cansa mucho la vista de leer en el ordenador.
Respecto a la segunda pregunta, me llevaría a Aintzane. No sé si aceptaría de buen grado, pero la secuestraría su fuese necesario.
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