Si bien la segunda temporada fue decepcionante, hasta el punto de que deseabas que no se alargara más por repetitiva, recomiendo la tercera y última. Supongo que el hecho que sea la última hizo que fueran a quemar las naves, a diferencia de en la segunda, en la que fueron conservadores.
A diferencia de las otras, solo hay tres pacientes, en lugar de cuatro, y el cuarto día de la semana sigue siendo él quien va a terapia. Eso hace que la vida del terapeuta, que es lo que le da punch a la serie, gane protagonismo. Sin embargo, las otras tres historias no son tan buenas como las primeras, poqrue esta vez sí parecen claramente hechas para él.
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