Es contradictorio lo extenuante que resulta no tener mucho trabajo. Porque te da chance a revolcarte con tus propios monstruos. Esos que están siempre allí, acechándote y a la espera de un nuevo Round.
Y en efecto allí esta ese de la infertilidad, el que te recuerda a diario que nunca nadie te dirá papá. Que todo el aprendizaje de tu vida no será heredable, simplemente se extinguirá, sin que le sirva a nadie ni siquiera como referencia.
Intentas hacerte el loco para no voltear a ese lado y no ver a esa bestia que quiere siempre agarrarte por el pecho, levantarte y dejarte en el aire, para que jamás logres marcar huella.
De esta última revolcada aun siento la mandíbula dislocada. Un derechazo contra mi mejilla me muestra como mis amigos lo van consiguiendo. Van logrando cristalizar una meta biológica, para la cual nacimos. Que sin importar meritos, estilos de vida, principios, o hasta sin ni siquiera pensarlo, ni quererlo, simplemente todos logran.
Y al final me sobo la mandíbula sin lograr creer en nada ni en nadie. Porque me resulta incomprensible. Yo se que no hay nada que entender, pero duele mucho.
Los años pasan y uno piensa que el cuero se va curtiendo y esos golpes dolerán menos cada día, pero al contrario, pareciera que te haces más frágil y el dolor cada vez es mas agudo, mas punzante y paralizante. Porque se va potenciando con nuevas realidades de cada etapa.
Obviamente esto que me golpea es solo una arista de la vida, hay otras aristas que llenan, pero sin conseguir un equilibrio. Y al final siempre terminas sintiéndote un error de la historia. Porque nada resulta fluido, nada va sobre ruedas, ni nada parece tomar un buen camino por si solo. En cada instante hay un desgaste enorme. Es como si cada vez que quisieras escribir una nota en un papel tienes que empezar por construir el escritorio sobre el que te vas a apoyar. Cada minima cosa agota, me deja extenuado y ciertamente celebro el construir el escritorio, pero es duro ver como otros simplemente voltean y allí lo tienen, sin ni siquiera tener que preguntarse de donde salió.
Así ha sido mi vida, marcada por ese estigma. El estigma de los pequeños logros con el desgaste de las enormes hazañas. Es curioso que a algunas personas les pase esto. Por eso a veces cuestiono si es uno mismo que busca logros en momentos inadecuados? o logros que no son para uno? Y por eso cuesta tanto conseguirlos? No se si algún día tendré esta respuesta, ojala…