El problema es que sois buenos pero esperando cosas a cambio y además recompensas inmediatas, y eso no funciona así.
En primer lugar, ser bueno se es sin esperar nada a cambio. La virtud ha de tener siempre la recompensa en sí misma. Tú eres bueno porque tienes esos principios y punto. Si la gente no te agradece lo bueno que haces por ellos y parece que nada de lo que haces servirá para nada, es lo mejor que te puede pasar, ya que así quedará demostrado que eres bueno por principios y no por interés. Y eso antes o después llamará la atención. Pero de entrada nadie va a confiarse de ti si vas de bueno, porque la gente mala también va de buena de primeras. Y quien no te conoce no tiene por qué fiarse de ti, tiene derecho a protegerse.
En segundo lugar, no es cierto que ser bueno no tenga recompensa. Al final siempre la tiene, generalmente cuando menos se la espera y cuando ya se daba por perdida toda posibilidad de que ocurriera. Esto hace a la recompensa mucho más auténtica y deliciosa. Y además no podría ser de otro modo. Al final todo el mundo, después de sufrir muchos palos aprende a identificar donde está lo bueno, donde va a encontrar paz y felicidad. Y esto se encuentra en las personas que son buenas sin esperar nada a cambio de manera que al final se sentirán atraídos como por un iman irresistiblemente.
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