Ayer fue un día feliz. Me alegro mucho de poder desterrar ya los temores del pasado. Me explico y procuraré ser breve. Espero vuestros comentarios.
Hace ya siete años conocí a una chica realmente estupenda en la biblioteca. Coincidíamos mucho porque los dos estudiábamos nuestros respectivos temarios. Ella estaba junto con un grupo de amigas. No había un día que no nos viésemos y poco a poco su comportamiento precavido, su alegría, sus ganas de vivir, su belleza, su serenidad, su forma de andar, su mirada, todo ello fue convergiendo en mi mente como una abrasadora obsesión que yo denominé amor.
La primera vez que la vi, en otro entorno totalmente distinto, este pensamiento se me vino por la cabeza: "yo podría ser feliz con una chica como esa". Nunca pensé que esa chica me haría tanto mal y tanto bien a la vez y sin ni siquiera conocerla.
La historia es una más en este foro de amores platónicos, frustrados antes de tiempo, de deseos furtivos, de miradas llenas de temor y de planes, muchos planes para la conquista de su corazón. Pude compartir con ella unas pocas palabras y su mirada, así como su respuesta, fueron frías y demoledoras. Mejor cortar por lo sano antes de que el rio se desborde. Pero eso provocó todo lo contrario.
Años enteros (y no exagero) estuve compartiendo un mismo espacio de estudio. Mi cabeza iba asimilando contenidos a pesar de la distracción de su presencia, y eso resultó definitivo para poder conseguir un puesto de trabajo, que es el que ahora orgullosamente poseo, sin ser nada del otro mundo. Luché por ella. Todo estaba relacionado con ella, con la manera de poder ganármela algún día.
Luego dejé de verla y, claro, la olvidé pero no del todo. Para mí, aún sin conocerla, siempre ha sido lo más. Esa sensación de que la conozco desde siempre, ese vínculo invisible que yo "creo" que tenemos... nunca me había pasado nada igual. No sé si es amor, porque no sé si eso existe.
Sea lo que sea, ha provocado en mí las reacciones más puras y nobles (he conseguido trabajo y me he independizado en gran medida gracias a ella) y los desvelos y la depresión más profunda. No me avergüenzo en decirlo pero ha habido algún intento de suicidio de pura desesperanza, no por ella en concreto sino por la brutal carencia de afectos y sentimiento en mi vida. Todo ello satisfactoriamente superado a día de hoy. De lo cual, pese a que no me considero una maravillosa persona y me despellejo siempre que puedo, todavía me enorgullezco.
Nunca perdí la esperanza, ni aún hoy, a pesar de que ahora, más que nunca, sé que es imposible. Pero no estoy triste. Por lo que he sabido de ella en los últimos días, sé que está a punto de dar un gran paso adelante, marchándose a otro país a estudiar o trabajar, o tal vez las dos cosas. Tan sólo me gustaría decirle que no le guardo ningún rencor por haberme rechazado, aunque me encantaría que tratase de ponerse en mi lugar como persona muy tímida al que el mínimo acercamiento hacia el otro sexo le resulta, aún hoy, profundamente doloroso.
Sin embargo, todo eso ya carece de sentido. Le estoy profundamente agradecido por su existencia ya que gracias a ese desprecio pude sacar fuerzas que, de otro modo, me hubiese resultado imposible atesorar. Hubo resentimiento por un tiempo pero ahora podría mirarla a la cara y no desearle ningún mal. Es más, todavía fantaseo con la posibilidad de que no se vaya, de que pueda demostrarle, una vez más, que puedo cambiar, que puedo progresar todavía más y ganarme sus más íntimos sentimientos de una vez por todas.
Entre esos sentimientos todavía me debato, pequeñas convulsiones del terremoto que esta persona supuso en mi vida y todo eso sin apenas hablarnos... que si llegamos a quedar un sólo día imaginaos qué historia no contaría hoy. En conclusión, creo haber aprendido mucho durante este tiempo, sobre el amor y las huellas imborrables de su privación, sobre las mujeres y sobre la lucha vital, la superación y la madurez. Y es todavía mucho más lo que me queda por aprender.
Estoy contento porque creo que aún sufriendo ha merecido la pena. Bueno, espero vuestras aportaciones. Un fuerte abrazo a todos los corazones solitarios que, por lo que veo en el foro, son legión.