Ir de compras sola no me importa (me he acostumbrado porque no me queda más remedio), aunque a veces aún tengo la sensación de ser la rara de la tienda que va sin compañía. Lo del cine, ya me gustaría, porque me encanta el cine (además tengo uno al lado de casa
) pero no soy capaz, me sentiría un bicho raro. Lo mismo con comer fuera, a no ser que sea en estaciones y cosas así, donde se ve que estas de paso, es misión imposible.