Iniciado por panterita

Hola, yo sé muy bien de lo que voy a hablar, ya que hasta hace 3 días me ruborizaba constantemente, por cualquier cosa, estábamos comiendo en casa y alguien me preguntaba algo, yo me ruborizaba, entraba en el metro, yo me ruborizaba, saludaba a una amiga, yo me ruborizaba...en fin, por cualquier motivo por cotidiano y normal que fuera yo me ruborizaba, y esto me tenía muy amargada, con depresión continua, me iba alejando de mis amigos...en fin, que me estaba encerrando en mi casa cada vez más; hasta que decidí operarme, y la verdad es que me ha ido muy bien, ya no me ruborizo sin motivo alguno, ahor ahago vida normal, aunque mis mejillas estén de vez en cuando un pelín sonrosadas, no pasa nada, el médico me ha dicho que esto ya es mio natural. La verdad es que estoy muy contenta, y animo a todo aquel que esté acomplejado por este hecho que se opere y viva de una vez la vida en toda su plenitud.
Yo me he operado en la clinica Platón, en Barcelona, por el doctor Callejas, aunque hay otros sitios que tb lo hacen.

Iniciado por PAULY

STONE,Me operaré porque ya llegas a un punto en que por ruborizarte ni siquiera quieres hablar con tus padres, hermanos, etc. encerrarce en la habitación o llegar al trabajo con ese tremendo miedo de que te pregunten algo o que te digan HOLA PAULA y rapidamente el color te sube sin ningun motivo logico, porque timida no soy para nada y me encanta relacionarme con la gente pero por el famoso color rojo NO PUEDO, hasta mis estudios universitarios los congelé y lo que mas deseo es terminar mis estudiar. me imagino que a uds. les sucede lo mismo. Bueno cuando me opere les contaré mi experiencia y que ojalá sea buena.

Iniciado por Solamente

Hola. Esto lo saqué de otro foro y la vez fue extraido de un libro llamado "Dying of embarrasement" en castellano: Muriendo de verguenza
Me pareció muy interesante y lo puse en practica con buenos resultados. Espero que os pueda servir de ayuda a alguno de vosotros. Dice así:

Algunas veces el mejor consejo va contra el sentido común. Por ejemplo,¿ has oído alguna vez el consejo dado a los que sufren insomnio de tratar de permanecer despiertos lo más posible? Paradójicamente, este enfoque les lleva a dormirse más rápidamente.
Esto mismo puede ser aplicado en el caso de la ansiedad social ó el rubor facial.
Algunas veces lo mejor que se puede hacer es dejar de luchar. Esto no quiere decir rendirse ni tirar la toalla ojo, pero si dejar de luchar tan duramente para evitar las reacciones de ansiedad.
Norman, un ejecutivo de 65 años recién retirado, vino a verme por un problema de rubor facial. Me contó que había tenido algunos episodios de rubor de joven, pero que se había olvidado de ello hasta que el problema había reaparecido vengativamente. Describía un episodio que le había ocurrido hace un mes cuando había ido a una tintorería a recoger unas cosas. No podía recordar que había originado la reacción, pero se sintió a si mismo acalorándose más y más en el cuello y en la cara. “Estaba ardiendo. Yo debía de estar colorado como un tomate”, me dijo. Norman estaba acostumbrado a estar tranquilo y auto controlado.
Otros episodios de rubor facial tuvieron lugar en el banco, comprando ropa en un centro comercial, ó incluso jugando a las cartas con algunos amigos de su mujer. Así empezó a anticipar cuando podía sonrojarse, y a evitar cualquier situación en la cual el creía le podía volver a ocurrir. A pesar de sus evitaciones, el sonrojo continuaba cada vez más y más.
Yo sé por mi experiencia con algunos otros pacientes, que superar el rubor facial no es fácil. Algunas veces las técnicas de relajación ayudan a controlar la excesiva e incontrolada reacción física de miedo, pero a menudo he encontrado que tal aproximación no siempre resultan suficiente.
La terapia de Norman incluía muchas de las técnicas propias de la terapia cognitiva. Pero lo que parecía ayudar más a Norman era cuando el “invitaba a sus síntomas a aparecer”. Permitidme describir esto:
Norman probablemente pensaba que estaba loca al indicarle esto cuando al principio le di las instrucciones de intentar sonrojarse a propósito durante períodos de 5 minutos, tres veces al día. Tenía también que mantener un diario de estas sesiones y anotar como era su “práctica” en intentar reproducir el sonrojo. Al principio empezó a hacerlo en casa. Después, quise que intentara hacerlo voluntariamente en público. E igualmente le pedí a Norman que llevara un recuento del número de veces que se ponía colorado.
Que crees que ocurrió? Los episodios de sonrojo disminuyeron dramáticamente. Cuando vino a verme la primera vez me dijo que se sonrojaba a diario. Después de unas semanas de “invitar a sus síntomas”, Norman se sonrojaba únicamente una vez a la semana. Y en esta ocasión, cuando se ruborizaba ya no se quedaba hundido como antes. Por supuesto, nuestras sesiones también incluían el examinar sus creencias acerca del rubor.
Finalmente Norman aprendió dos cosas muy importantes: Primero, que podía tener mucho más control sobre sus reacciones de lo que él creía. Segundo, que podía tolerar la incertidumbre de no tener control total sobre si mismo.

Iniciado por Anonymous

Hola me gustaría que me cuentes si desaparece totalmente el rubor facial y si no tuviste complicaciones debido a la cirugía
escribime al email: [email protected]
Es muy importante para mi.
Un gran saludo.
Luciano

Iniciado por Anonymous

Hola me gustaría que me cuentes si desaparece totalmente el rubor facial y si no tuviste complicaciones debido a la cirugía
escribime al email: [email protected]
Es muy importante para mi.
Un gran saludo.
Luciano