Para mí, el propósito es amar a Dios por encima de todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.
"«“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.” Éste es el primero y más importante mandamiento. Y el segundo es semejante al primero: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”"Juan 15:12-13
Una vida sin aceptar a Jesús es una vida mundana, entregada a los múltiples vicios que el demonio va extendiendo a cada paso, y condenada al fracaso y el sufrimiento eterno.
Una vida aceptando a Jesús es una vida de gozo (no de placer), de rectitud, de humildad, de sacrificio, de amor eterno.
"Pero con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." Gálatas 2:20
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