No se extrañen, los psicólogos también son personas y no escapan al promedio total de desequilibrados, incluso algunos están más locos que nosotros pese a que irónicamente su trabajo consiste en tratar a estas personas.
Me pasó la segunda vez que fui a al mismo psicólogo porque en la primera sesión me había caído bien. Resulta que entré a la consulta pero no estaba la secretaria, al no ver nadie, me dirigí a su oficina que estaba con la puerta semi abierta. No quise molestar entrando ni golpeando para llamarlo y me limité a mirar por el espacio abierto, y plaffff, para mi sorpresa, el "profesional" estaba en pleno jale tirándose unas líneas de cocaína. Ni qué decir, salí de la consulta y no fui más.
Ahora pienso que no actué bien y debí haberlo encarado, preguntándole cómo pretendía ayudar a otros si tenía esa adicción, pero bueno, en muchas oportunidades la fobia social nos inhibe de hacer valer nuestros derechos y tendemos a dejarlas pasar.