Introducción:
Hola, he venido aquí porque ahora mismo me encuentro en un bajón. Normalmente un "bajón" no es nada importante, pero esta vez quise venir, ya que no cuento con ningún amigo al que contárselo.
Me he dado cuenta de que hay cosas en las que estoy fracasando en la vida. Son montañas que caen sobre mí, montañas que de día no veo, cuando me distraigo con algo, o me dedico a otra cosa. Pero de vez en cuando, como ahora, tengo oportunidad de contemplarlas, y me aterrorizan. Es una confusión sobre como arreglar mi vida.
Tengo 25 años. Ya he posteado de vez en cuando sobre mis problemas, pero deseo arrancar mis problemas de raíz. Saber cómo hacerlo y no perderme el camino.
Los problemas:
- Soy homosexual. Pero aunque desearía vivir con todas mis fuerzas, me es incapaz. El ser humano... a decir verdad, me disgusta. Ni siquiera con ninguno de mis amigos llego a ser íntimo, como ya he dicho. Siempre ha habido una barrera. Apenas he tenido relaciones, me son costosas, y los pocos gays con los que me encuentro me abandonan rápidamente. Tan solo un amigo gay tengo, y aún así, cuando estoy con él tengo una fuerte barrera que me impide salir adelante con ello.
- Mis capacidades están bajo mínimos. Hasta el punto de que algunas personas me consideran que soy como un niño. Olvido fácilmente, me resulta difícil poner atención, o no soy capaz de pensar cosas complejas... Algunos deducirán que por una correcta escritura, puedo estar exagerando. En realidad, escribir es la única cosa que puedo hacer con normalidad. Estoy sacando una carrera, pero aún así me cuesta. ¿Tengo cierta discapacidad?
En relación con este problema, suelo disfrutar con series más propias de adolescentes, con series de animación, etc. que normalmente se dirige a un público más joven. Si estoy en una conversación firme sobre un tema que conozco (una serie de televisión por ejemplo), me resulta difícil poner de mi parte, dar mi opinión, etc. Agregando que olvido con facilidad aquellas cosas que he visto
- Antes era excesivamente cariñoso, pero ahora no tengo un contacto normal con mi familia. Soy muy frío para ellos, porque me provocan vergüenza. Siempre quiero comer solo. Incluso cuando mis padres están en casa, prefiero salir de casa y trabajar fuera. No me hablo con mi hermano.
Un escrito
Por si alguien lo quiere leer, intenté escribir para desahogarme ahora, y esto es lo que salió:
-Tú...
-¿Yo?
-Sí, ¿quién eres tú?
- Hmm... supongo que soy un ser humano. Un ser humano de la Tierra.
- ¿De verdad piensas eso?
- Sí, creo que no cabe duda...
- Eso no es todo. No es todo, ni mucho menos. No puedes entenderlo...
- Entonces, ¿quién soy? ¡Dímelo!
- No puedo decirte nada. Sólo soy una sombra de tí. Una sombra que hace justicia. Yo soy tu lado más salvaje. Te vigilo día y noche. Te observo mientras duermes.
- Pero... pero entonces, ¡por qué estás preguntándome estas cosas! -lloré.
- Pobre animalito. Animalito indefenso. La muerte llega pronto. Los dientes se cierran en torno a tu cuello. Se clavan en tu garganta. La sangre abandona tu cuerpo. Te debilitas. Pierdes el sentido. Asfixia. Es como soñar. Es tan placentero. ¿Tienes idea de lo que se siente?
- ...
- ¿Qué ha pasado con tu cuerpo? Te ví cuando naciste. Esperaba más de tí, esperaba que florecieras como la más bella de las rosas. Que tu infancia fuera la más tierna de las sonrisas, y que en tu adolescencia tu libido fuese como el más caliente de los espermas.
- ...y ahora... ahora ¿qué?
- Sólo tú puedes decidir lo que hacer con el tiempo que te queda. Yo no puedo otorgarte más tiempo. Llegado el momento, recogeré tu propia alma, más negra y vacía que cualquier otra...
- No, no... por favor... dime qué hacer. Dime cómo enmendar mi vida.
- Mi silencio es tu mejor respuesta...
Y la mazmorra negra se volvió estanca, y sólo quedaron las sombras. Filigranas de piedra cortaban la escasa iluminación. Y en mi soledad, allí plantado, en mitad de aquel suelo gris. Empecé a preguntar. Preguntas.
- Ehh...
Sentí aquel ser menguar, lo sentí en el aire. El frío erizaba mi piel. Los escalofríos, la sensación... tan desagradable. En mi interior...
<<Y yo... ¿quién soy yo? He crecido... Ya no soy un niño. Tampoco soy un adolescente. Pero, ¿qué he hecho mal? Crecí entre los demás. Pero es verdad... ni siquiera he tocado a nadie. Yo siempre he estado solo. Siempre solo. Ésa era la rutina. El objetivo era el conocimiento, el recreo. Atontar mi cerebro humano en series de ficción, consolarme con dibujos, utilizar ordenadores... He hecho que mi tiempo pase más deprisa. En realidad, yo siempre he deseado la muerte. Pero he sido un cobarde. Sólo me embalsamo hasta que la casualidad y el destino me tome en sus brazos. Mi talento ha servido de poco. No he podido salir del rompecabezas. No he podido quedarme con aquellas almas gentiles, que a mi yugo han servido alguna vez en la vida. Yo he sido la decepción, la oveja negra. El fraude. Cavé mi propio agujero, cerqué mis propias vallas entre los demás y yo. Enguanté la mano con que toco, digitalicé mis abrazos. Y finalmente me convertí en un número, un avatar, un omega. El último de la camada. El rescate que nunca vino. Olvidé, olvidé, y mi mente se acostumbró a olvidar, como el motor que empieza con unas vueltas y consigue arrancar. Esperé, pero no existen los héroes. No existe nadie que me acoja. Es egoísta, pero yo soy lo único que existe en este mundo. Sin mí, yo me pudro, el moho crece entre mis encías, empiezo a ser devorado por gusanos. Y ninguna piedra, ni recuerdos de nadie, ni en ninguna parte sonará mi nombre. Los hechos son títulos nobiliarios en un currículum. Los hechos personales son eventos que adormecen la mente, provocan insatisfacción y desmotiva a continuar. Cada vez más mermado se encuentra el talento. De todas formas, ¿para qué sirve? No sirve para hallar la salida de este rompecabezas...
Arrepentimiento. Ésa es la palabra, el mágico sonido de los fonemas, la clara relación semiótica que aviva la mente, ante un estímulo que se recuerda y se olvida sin cesar. Una mente que se balancea como un péndulo. Una mente fascista, misántropa, viviendo en un mundo digital, un mundo fantástico o ideal. Un cuchillo que corta el tendón de una extremidad, de la misma forma que algo está sesgando mi conexión con el mundo, con la Humanidad. Arrepentimiento...>>