Al ver este post me han venido en mente malos recuerdos sobre cuando me saltaba las clases de la uni.
Mi universidad estaba en otra ciudad y recorría 30 km a diario en tren para llegar, una vez alli, me acercaba al campus, pero daba la vuelta y empezaba a caminar, llegué días que incluso me pase 4-5 horas seguidas andando sin parar, con la mochila cargada.
De vez en cuando hacía algún descanso, pero para ello intentaba siempre buscar sitios muy poco concurridos, en los que nadie se pudiera fijar en mi. Mientras caminaba por las calles sin rumbo, mi mente estaba en otra órbita, continuamente pensando porqué me estaba pasando esto a mi, porque no tenía amigos, me fijaba en las caras de felicidad de la gente que me cruzaba y me imaginaba sus vidas.
Muchos días me venían ganas de llorar, era una situación patética disimular tantos días que iba a la uni y una vez allí dar vueltas por las calles. Incluso llegué a utilizar gafas de sol para que nadie se fijara en mi tristeza. Con el tiempo fui conociendo a la perfección todas las calles y mas o menos ya tenía fijado un parque que quedaba a unos 10 km de donde estaba mi uni. Una vez allí me sentaba en un banco y mi mente empezaba a dar vueltas, alli sentado estaba un cierto tiempo y luego volvía a caminar durante horas hasta otro sitio, no quería quedarme demasiado tiempo por miedo en que alguien se fijara en mi.
También decubrí una biblioteca, allí fui algunos días, y no se me ocurrió mejor forma de pasar el tiempo que coger un libro de fobia social. Leía lo que podía, ya que con la ansiedad que tenía dentro de mi cuerpo, hasta me desconcentraba a la hora de leer pensando en que alguien podía darse cuenta del título del libro.