Disfruto de mi propia libertad. De no tener que fingir, o estar alerta por si cometo algún fallo o equivocación a los ojos de otra persona. En soledad nadie puede juzgarme, ni hablarme, ni mirarme. Y es maravilloso.
Pues más que nada la tranquilidad que aporta, el sosiego y porqué no decirlo, ahorrarte tener que comportarte de una manera determinada por el hecho de estar con alguien, estando solo, puedes ser tu mismo sin ningún tipo de limitación.