Esta señorita diputada lo es por mi provincia y jamás le ha dado un palo al agua. Recuerdo hace unos años, se mostraba ufana de practicar el botellón. Todo un ejemplo a seguir por la juventud
. ¡Qué bien se vive del dinero del contribuyente! Me encantaría, por una vez, ver a alguno de estos chupópteros trabajar en el sector privado o conocer la miseria del paro. Al final, somos los funcionarios quienes cargamos con una mala fama injustificada en algunos casos.