clapsic

Los posts de davidven y MrEgo me parecen muy acertados.

Partiendo de ellos, sólo decir que a nadie le gusta sufrir, aunque pueda parecerlo. Sin embargo, es muy fácil caer en la asunción del "rol de enfermo", y ello nos reporta muchos beneficios (aparentemente):

"No se me pueden exigir X cosas porque estoy enfermo", "puedo pasar todo el día en la cama porque estoy enfermo", "la obligación de los demás es soportarme porque estoy enfermo", "no voy a hacer nada porque estoy enfermo"...

Éste es un problema importante a solucionar, por supuesto, pero no es el más grave que puede/suele darse. Lamentablemente, la falta de información sobre la realidad de los trastornos mentales conlleva que, cuando un afectado adopta el "rol de enfermo", una persona cercana, normalmente quien convive con él de forma más implicada, lo acepta como natural y asume el "rol de cuidador", con lo que la situación se retroalimenta.

Es un problema que, más que tratarse, debe prevenirse, y esto solo se puede hacer mediante una adecuada información, y formación, sobre las características del trastorno, las conductas habituales del afectado, y las pautas de actuación que deben seguir con él quienes le acompañan.

Un saludo.

Gabi

nos gusta estar mal???

yo lo veo como dos cuerdas: una sin nudos, en toda su longitud, otra llena de nudos, igual de larga que la otra, pero acortada por los nudos.
Como convences a la cuerda con nudos que si los suelta será mas larga???
como la concences de que ser mas larga es mejor???
y como la convences de que aun sin tener nudos seguira siendo ella misma??
y que hariamos si todas las cuerdas fueran lisas?? (como podriamos trepar??)

StyH

Porq estar bien significa tener responsabilidad sobre la propia vida, tener q aceptar los juicios negativos de los demás, y sobretodo estar bien significa no autocompadecerse y restar importancia a los propios problemas. Eso es impensable! Pero mira q malito estoy! soy la persona más desgraciada sobre la faz de la Tierra. No doy penita? Ni siquiera merezco estar bien. Me puedes pegar un poquito...? Es q me lo merezco.

MrEgo

No les restes importancia a tus problemas. Dales la importancia que se merecen, ni más ni menos.

Honore

A principios de octubre me percaté de lo bien que me vendría imponerme el ejercicio de evitar una actitud enfermiza que he tenido desde siempre: la de (cuando estoy mal) manifestar una actitud sufrida, como buscando generar lástima, condescendencia o simplemente preocupación. Es una actitud enfermiza porque, si no logro con esa actitud esa reacción buscada en el otro, me pongo muy pero muy mal, y si sí logro esa reacción, eso ya por sí solo significa un aliciente a mi dolor, y entonces me conformo con eso y no hago nada para solucionar lo que me había producido ese dolor en primera instancia. Es esta misma costumbre enfermiza la que al bajonearme me genera culpa por haberme mostrado a los demás alegre un rato antes cuando estaba yo de ánimo mejor, la misma que en consecuencia me impedía muchas veces contestar con un "bien" a la pregunta "¿cómo estás?", aún estando bien de ánimo por entonces. Fue esa propensión enfermiza la que me hacía esquivo a hablar por teléfono, pues por teléfono se hace más difícil lograr esa lástima o mantenerse en esa actitud doliente, o al menos se hace muy difícil lograr eso al mismo tiempo que se evita el mostrarse niño. Y precisamente otra contra de esa actitud enfermiza es que me expone mucho a mostrarme o sentirme niño o inmaduro, que es algo que me molesta enormemente.
Lo que sucede es que sentía que me estaba perdiendo de mucho si no manifestaba esa actitud (y así es como a veces la sentía casi que como una obligación). Creo que sentía que era la manera más eficiente con que contaba para controlar la opinión o impresión que los demás tuviesen de mi persona (en este sentido, era como si hallase yo un aliciente a mi dolor en el hecho poder utilizar ese sufrimiento para manipular a los demás); pero lo cierto es que ese control siempre es limitado, pues, querrámoslo o no, esa opinión o impresión es ajena a uno, está fuera de uno, no nos pertenece.

Pienso también que tal vez se podía deber a que, como me dijo en una oportunidad gloomygirl, uno hace ese tipo de cosas simplemente porque es en esos momentos cuando uno más imperiosamente necesita que los demás le demuestren que se interesan por uno. Y he llegado a pensar también que, como lo que me pone mal a mí es el estar con gente y sentirme poca cosa, patético, ridículo, entonces acudía en esos momentos a mi actitud doliente ya que con eso sentía que al menos lograba que los demás no se burlasen de mí. Y también claro está creo que puede ser una costumbre que arrastre de mi infancia, que tal vez en aquella época fue la única manera que tenía de llamar la atención, de lograr que me manifestaran que me querían.

Pero tan convencido estoy de lo recomendable de erradicar de mí este recurso, que aún en mis recaídas recientes no he querido reincidir en él. Es difícil mostrarse optimista cuando por dentro se está realmente mal o preocupado, pero realmente tengo la sensación de que siguiendo con este ejercicio voy a terminar por "rasquetear" este recurso de mi personalidad, y que esta nueva actitud optimista vendrá a ocupar su lugar, optimismo que a su vez me tornará mucho más emprendedor en lo que hace a solucionar mis asuntos, ya que, como comentaba antes, no voy ahora a conformarme más con el mostrar una actitud sufrida cada vez que esté mal de ánimo. Y en lo que hace al eliminar la culpa por mostrarme bien cuando lo así estoy, esto ya me ha permitido implementar el gratificante ejercicio del saludo cordial y tomando la iniciativa, ya sea para con el portero o para con un compañero de la facu, para el que atiende un negocio, para algún vecino o para el que fuere. (Alguno podría tacharme de conductista al leerme hablando de imponerme ejercicios; pero no lo soy, pues soy yo mismo el que me los propongo; además, a mí me funcionan; y no digo que sean la solución, pero suman.)

Así, eliminar mi propensión a mostrarme sufrido es genial!; me siento ahora con muchísimas más ganas de probar, de probarme!; y así, me recupero más rápidamente de los golpes ya que tengo enseguida otras cosas en qué pensar; quiero día a día probarme que puedo, para así enorgullecerme de mí mismo y volverme así a casa con una sonrisa. Y hoy no considero ya la posibilidad de rendirme, no estoy dispuesto a rendirme (y no quiero "atajarme" aquí con remates tales como "veremos cuánto me dura"; hoy quiero ser optimista, hoy quiero creer en mí, simplemente porque siento que ejercitar esta nueva actitud me hace mucho bien). Estoy ejercitando un cambio profundo de actitud, la erradicación de mi actitud sufrida, doliente, y este cambio se está transformando en uno drástico, pues creo que es básicamente esto lo que ha hecho que mi ánimo sea hoy tan distinto al de hace unos meses atrás (distinto y sostenido).

Y el convencimiento respecto al atractivo que en los demás genera el buen ánimo de uno me motiva aún más a obligarme a ese buen ánimo, a evitar mi actitud triste y doliente.

cloision

Yo odio estar mal, sé que son baches pero me impiden rendir bien en todos los aspectos. Pensar en lo mal que estoy me quita tiempo, además lo peor es que acabo el tiempo perdido sin extraer conclusiones ni soluciones.

Lo mejor, estos momentos los puedo recoger de mil maneras y luego los valoro, cuando estoy capacitado para ello. Sé que pasarlo mal puede enriquecer pero es lo peor del mundo cuando lo estás padeciendo.
Paciencia y ya está.