cherrycream666

yo no puedo hablar en publico porque
tengo una voz muy baja
y cuando hablo fuerte se que paresco enojada
y prefiero ser la que piensa y analiza en vez de actuar

chica_triste

pues por mi parte yo creo que mas que nada fue por lo que ahora soy una fobica
por que resivia muchas burlas cuando me paraba enfrente de mucha gente
primero mi voz despues las miradas y los comentarios con risitas...
eso empezo desde la escuela entonces creo que por eso es que ahora soy asi y la verdad me molesta mucho que ahora me critiquen sin saber que mierdas traigo por dentro que me quema como el fuego...

Groucho

Porque cuando yo aparezco el publico se va.

Machacasaurio

Pues yo no puedo hablar en publico porque me siento inseguro, porque cuando lo hago tengo metido en la cabeza que no lo estoy haciendo bien y que la gente me está mirando y juzgandome

AshesInTheGrain

Puedo. Las palpitaciones y el bloqueo mental no son problema. Bueno, en caso de ser un problema... son un problema bastante divertido y muy inofensivo. ¿Qué es lo peor que me pueden pasar por hablar en público (con palpitaciones, con bloqueo mental, e incluso meándome encima si es necesario)? ¿Que los demás crean que soy estúpido, quizas? ¿Es tan importante lo que los demás piensen de mí? Obviamente, no. ¿Puedo controlar lo que los demás piensen de mí? No. Puedo tratar de moldear sus pensamientos pero no tengo compelto poder sobre ellos. ¿Por qué preocuparse tanto por lo que los demás piensen de uno? Porque es una buena forma de amargarse.


Veamos. Todos los que poseen la capacidad física y mental para hablar pueden hacerlo. Apuesto a que todos los que están aquí pueden hablar en público. Tan sólo dadme una pistola y permitid que os apunte con ella y os amenace: "O hablas delante de estas personas o te frío a balazos". Creédme, hablaréis.


Vamos.... No vais a morir por introduciros en una situación que os resulte muy desagradable, como en este caso hablar en público. Tan sólo vais a pasar un rato muy desagradable ¿tan malo es eso? No! Como es obvio, a lo largo de vuestras vidas vais a pasar por miles de situaciones muy desagradable ¿qué más dan unas cientas más? Dejad de huir y enfrentaros a lo que teméis. Sólo así perderéis el miedo.

PD: Eso sí, si teméis chocar contra una farola no choqueis premeditadamente contra la farola para perder el miedo...

convatiendo

Coincido en casi todo lo que decis, yo soy un temeroso a hablar en público por que siento que muchas personas me estan calificando y colocandome a prueba, que con solo una persona que hable mal o se ria mientras yo hablo, las demas van a empezar a burlarsen y a criticarme tambien, ahi empiezo a temblar mucho en las piernas y manos, me ruborizo mucho, y siento que me falta el aire para hablar.

Yo pienso que el problema no es que los demas se burlen de mi o me critiquen, el problema esta dentro de mi mente, de mi forma de pensar, si tan solo pudiera pensar de otro modo seria genial.

Estoy seguro que si subo mi autoestima, dejo de pensar en los demas digan, y me siento mas seguro de mi mismo, la timidez a hablar en publico reducirá paulatinamente. LO TENGO QUE LOGRAR!

EKELEDUDU

Es muy complicado de definir. En mi caso, tratándose de un tema concreto, creo que me atrevería a dar incluso un discurso ante una gran muchedumbre y saldría más o menos airoso. Cuando me asaltan palpitaciones, bloqueo y todo el resto del séquito, es cuando tengo que ir a una reunión donde simplemente se habla de bueyes perdidos. Lo atribuyo, no sé si correctamente, al hecho de que hubo un tiempo en que el terror a hablar sencillamente me separó de manera radical del resto de las personas. Entonces, la mayoría de los temas que son de su interés yo no los comparto ni tengo con qué aportar. Entonces me siento sapo de otro pozo, y me invade un deseo imperioso de huir cuanto antes. Por supuesto, evito ir a estas reuniones, pero cuando en el trabajo simplemente se junta la gente para merendar juntos o cosa por el estilo, y me invitan, no puedo siempre decirles que no. Ultimamente, lo que hago es aguantar hasta donde puedo (yo creo que, con optimismo, mi récord debe ser de cinco minutos) y luego escapar tan disimuladamente como puedo. Como están ocupados charlando animadamente y yo no participo, creo que ni cuenta se dan. De esa forma evito quedar como un antipático total, y me tomo las de Villadiego en cuanto se me presenta la ocasión. Por supuesto, el hecho de no tener afinidades con estas personas, además de ser el detonante, hace que no me quede lamentándome por tener que poner pies en polvorosa. Pero a los quince o dieciocho años, la situación me habría mortificado de una forma imposible de describir.