Cita:
Iniciado por mutante
porque esta es una sociedad que alimenta el deseo materialista, el individualismo, y el exitismo
una persona que funciona dentro de esa sociedad nunca estará satisfecha no importa lo que ya tenga,
los nucleos familiares están rotos y la gente está más "sola" que en otros tiempos, los nucleos debieran ser resistencia y contención frente a las situaciones adversas, pero esto es algo que difícilmente se ve en nuestros días
y porque la imposición de ser personas exitosas sólo genera competitividad y se pierde de vista la idea de comunidad, de bien común y todas aquellas cosas que permiten cambios sociales/políticos/económicos
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¿Exitismo? ¡Joder con esos "nuevos" ismos!
No entiendo por qué considera que aquello que le resalté con negrilla es algo malo. Eso es muy discutible. ¿Qué tan seguro está que el individualismo metodológico es algo nuevo y disfuncional?; ¿es acaso el materialismo, como una realidad histórica, una cosa que se pueda negar y menospreciar?, ¡no sea idealista!; ¿imposición por ser competitivos? El mercado, como organización económica (y política) de la sociedad, genera competitividad pero no la impone como una máxima para que todos sean exitosos, es que ¿quién quiere ser exitoso? A mí me basta con
vivir, pero, más aún ¿qué éxito? ¿Qué es eso?; ¡joh, y la joya final! ¿Comunidad? ¿Bien común? La primera se rescata porque sí, de todos modos, la comunidad, antes y ahora, ha sido una necesidad para la cohesión y avance social, para que exista por contraposición al estado de naturaleza (rousseauniano o hobbesiano, el que sea), pero, la segunda, bien común, jajajajaja, ¡pleonasmo! El bien común no existe, lo mismo que el sentido común y demás comunes... El bien común es esa cosa que todos parecen conocer pero nadie puede definir, pero, si no pueden definirla, ¿para qué hablan de ella? Otro idealismo más; ahí sí que Hayek
la sacó del estadio vs. todos esos (pseudo)socialistas.
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Al tema.
Todos vivimos en un grado de miseria, de desazón y falta de sentido o motivo. Todos somos una casualidad en este planeta, ¡el planeta mismo es una casualidad! Así, tanto los introvertidos como los extrovertidos son miserables, pero en diferentes grados, incluso dentro de esta misma división. Pero estos grados, más que ser una diferencie entre quien es más miserable y quien no, son grados de conciencia de esa miseria. Aquí, generalizo pero al menos lo admito. Los extrovertidos no pueden con esa conciencia, tratan de llenarse de cosas y estímulos para poder negar ese estado, para decirse que hay un sentido o un más allá o cualquier otra cosa que les da un motivo, pero, en el momento en que, eventualmente, caen en cierta conciencia -porque parece ser inevitable-, no pueden con ella, se rompen en mil pedazos y echan a llorar. Por su parte, los introvertidos no se llenan de nada más que de pensamientos, reflexiones y explicaciones, de muchos por qué, cómo, cuánto, dónde, cuándo, y sus respuestas, o, por lo menos, así lo intentan, de modo que -como lo hicieron ("después") los extrovertidos- toman conciencia del problema de existir y de la miseria misma (tanto contingente como permanente), la sufren en su raíz explicativa y se enfrentan a ella desde "antes" y para siempre, y este enfrentamiento, que ya a este punto sabemos que es, en esencia, reflexión, forja, en realidad, la verdadera potencia y fuerza del avance humano; por necesidad la reflexión es uno de los motores históricos, ¡y qué motor! Es el mecanismo más extraño que existe, capaz de concebir invenciones y realizar descubrimientos (prácticos como teóricos, materiales como inmateriales), también es capaz de esa conciencia, que se puede ver como un karma, una maldición desproporcionada. ¡Afortunadamente desafortunados aquellos que no reflexionan!
PD: Como raro, ni yo entendí lo que escribí.
PD2: Soy un
contradictio in adjecto.
PD3: ...