Ya está, gracias a un medicamento que empieza por P ya he anulado mi libido. Ya no es que haya dejado de funcionarme físicamente, es que psíquicamente no me llaman la atención las mujeres. Lo cual es un gran alivio a la hora de no darle demasiado a la cabeza y amargarme más.
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Ni sueños eróticos, qué bien.