Tengo el alma desnutrida, necesito alimento ya
y consciente de que no permito tan siquiera un lamento
veo mi retorno hacia atrás.
Tiemblo y tiemblo y a veces me sorprendo mirando a la nada,
estática, inmóvil, con una extraña expresión,
es esa mirada de aterrada que proyecto al horizonte
o a ése algo invisible que tengo en frente
que amortigüa la energía (triste, agonizante, cansada)
que irradian mis ojos impávidos y secos
y que en ése momento estalla
porque no aguanta más y sale de los pensamientos de mi mente
hacia afuera a través de agua,
pensamientos que albergan dolores y dudas,
temores y rencores, incluso traiciones y abersiones.
No van dirigidos hacia nadie, van directos desde mi cabeza
a mi corazón, a mi propio ser, a mi alma,
y se extienden por todo mi cuerpo
creándome una red de inseguridad que me envuelve
y no me deja hacer nada, nada de nada
¡Esto es una **** mierda!
¿Dónde está mi camino?