"Podemos considerar nuestras vidas como un inusual disturbio momentáneo del feliz reposo de la nada. La existencia humana debe ser una especie de error: es mala hoy, y cada día será peor, hasta que lo peor de todo, suceda.", también, "A mis 17 años, sin ninguna instrucción escolar, fui atrapado por la miseria de la vida como Buda cuando en su juventud, descubrió la enfermedad, la vejez, el dolor y la muerte. La verdad es que este mundo no pudo haber sido el producto del trabajo de un ser todo amoroso sino, más bien, el de una especie del demonio, que trajo criaturas a la existencia con el fin de deleitarse al contemplar su sufrimiento."
Este extracto de su obra Filosofía de la Liberación es una síntesis de su pensamiento. Por ello se le ha querido asociar con cierto gnosticismo, como si hubiese llegado a la conclusión, de que todo lo creado sería consecuencia de un ser maligno con aviesas intenciones de destruir lo creado.
Tenemos pocas referencias, la verdad es casi imposible encontrar esta obra. Se le atribuye, con maledicencia, ser el filósofo del suicidio y por inspirar VHEM (Voluntary Human Extinction Movement) que, según lo que he leído, toman citas de Mainländer como argumentos de peso para sostener sus tesis. Más bien, era una persona influida por una infancia traumática (nació de una violación), consciente del proceso entrópico de la vida ("un cúmulo de continuos sufrimientos", a su entender), hay dos opciones:
- La distracción, donde incluía toda la parafernalia filosófica de Platón y Kant, como modos de explicar el sufrimiento.
- La auto-disolución. Es aquí donde se afirma que inspiró la Teoría del Big Bang porque su razonamiento partía de que Dios no podía morir por ser inmanente y se diluyó en pequeños átomos dando lugar al Universo. Obviamente, es una argumentación bastante peregrina, pero de hecho, la teología vaticana la utilizó con Pio XII para contrarrestar los fundamentos del Big Bang.
En definitiva, no nos queda más opción que liquidarnos para alcanzar la felicidad, porque el "no - ser" es auténticamente feliz al no estar contaminado por el horror de una creación cuyo cometido final es sumirnos en el caos.
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