Cita:
Iniciado por MrEgo
Hace apenas unos días, una chica que me venía gustando hace meses me dijo esa frase tan temida por los hombres cuando le insinué que me gustaba: "Ernest, te quiero mucho pero como amigo, y no te podría ver de otra forma".
Lo raro, es que lo que debería haberme hundido y/o deprimido (ya es la segunda vez que me pasa) me produjo todo lo contrario: es como si instantáneamente todo miedo al "no" femenino se me hubiera disuelto. De golpe, empecé a liberarme, a halagar a las chicas (lo cual antes me daba una ansiedad tremenda, y ahora empecé a hacerlo como si tal cosa), y a perder el miedo en mostrarles que me gustaban. Y los resultados, visto el poco tiempo que pasó (cinco días), fueron sorprendentes (especialmente por MSN): ya tengo una invitación a salir para el viernes (propuesta "indirectamente" por una chica!) y de golpe es como si les resultara más atractivo o seductor (se nota en sus actitudes y en las cosas que me dicen). Y lo logré sin ser deshonesto, mala persona, etc. Solamente perdiendo el miedo a mostrarles a las chicas que me gustaban, o a su rechazo.
Sé de sobra que atractivo no me falta, y habilidades para ganar chicas tampoco: sólo me falta deshinibirme. Y es como si lo hubiera logrado de golpe. En fin, a divertirnos que la vida es corta! XD
Alguno tuvo experiencias similares a las mías?
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Enhorabuena, has tenido mucha suerte y has sabido leer las cosas para tu conveniencia y crecimiento personal.
De hecho es posible que si esa chica te hubiera dicho SI, ahora fueses feliz en el amor pero siguieses sintiéndote bastante inseguro en el trato con las chicas.
Has dejado de lado tu ego (será casualidad el nick) en el juego de dar y recibir, que no es seguro al 100% para nadie.
Acabas de asumir lo peor que te puede pasar en una situación en la que te estresabas, y has salido fortalecido.
Gracias por compartirlo con nosotros, eso de que se aprende de los fracasos es verdad si sabes hacerlo y tú lo has hecho, el fracaso era no arriesgarse y permanecer en la aburrida zona de seguridad emocional, donde pocas veces ocurre algo interesante.