Para contrarrestar un poco el mal rollo, quisiera comentar algo bonito que me pasó el otro día. Aunque la historia no terminó bien de verdad, fue un gran paso para mí
Bueno, ocurrió que salí con una gente de marcha. En una de estas, ví a unos metros de mí a un chico que me gustó mucho. No se parecía en nada a los que estaban alrededor, ya que era el típico sitio en el que todos van divinos de la muerte, con su cuerpo de gimnasio y su actitud de "qué bueno estoy". Para los que sepan la palabra que se usa en estos casos, era un osito, es decir, un chico más bien grandote, con barba, y en general un aire así como de persona campechana. En fin, el caso es que como siempre en un caso así me entraron las típicas neuras de pensar que yo jamás me atrevería a decirle media palabra a alguien que me gustara, que una vez más iba a dejar la oportunidad de que algo pasara, y bueno, el caso es que tuve varias oportunidades de hablar con él porque alguna que otra vez entre sus idas y venidas se apoyó a solas en la barra e incluso en una ocasión vino directamente hacia donde yo estaba y se puso al lado mío.
En ese momento me entró mucha vergüenza y ni le miré, y me pregunté si lo había hecho con alguna intención o simplemente se puso allí por casualidad... Supongo que le pasa mucha gente aquí que cuando alguien hace algo que puede interpretarse como un paso hacia ti, no sabes si te preocupa más el que estés en lo cierto y de verdad quiera algo, o que sean imaginaciones tuyas.
Abreviando, el chico se fue y yo me senti idiota por dejar pasar la oportunidad... pero en esto que una vez más se acerca a la barra a solas, a un par de metros de mí... y esta vez reuní valor, y con la excusa de ir a pedir algo, me puse al lado y le hablé
Como ya dije la historia no termina bien del todo, je, porque aunque fue amable y sonrió durante la mini conversación, pues claramente no estaba interesado, así que al ratito me despedí y volví con mis amigos. Eso sí, al despedirse me sonrió y me guiñó el ojo, qué mono, jeje. Bueno, pese al fracaso total, lo crucial de la historia es que me he atrevido a ser yo el que da el primer paso, lo cual para mí es algo así como hacer puenting, y bueno, aunque me hayan rechazado, esto es algo que le pasa a TODO el mundo, a guapos, feos, fóbicos y no fóbicos, no sé de nadie que no se haya estrellado contra un rechazo alguna vez como mínimo, y realmente no pasa nada. Para la persona en cuestión seguro que es halagador que alguien se fije en él, y para mí, pues me llevo el subidón de saber que no me he echado atrás.