Supongo que todos, alguna vez en nuestra vida hemos sido señalados como bichos raros. La pregunta que yo me hago es, ¿qué tiene eso de malo?.
Como siempre aceptamos la interpretación negativa de las cosas que utilizan los que nos quieren hacer daño. Sin embargo, podemos dar "la vuelta a la tortilla", ver en lo raro una seña de identidad. Algo que nos diferencia del común de las personas, por otro lado, tan vulgares y mediocres.
Nos condenamos al ostracismo si queremos luchar contra las etiquetas adaptándonos a los cánones impuestos, porque nunca seremos iguales que los demás. Nuestras circunstancias y vivencias personales nos han llevado a estar aquí, a vivir de manera distinta y a tener hábitos y modos de comportanos diferentes del resto.
Yo me considero un bicho raro, ¡y a mucha honra!. ¿Acaso no todos los animales somos bichos?, por cierto, ¿quién determina lo que es "normal" y lo que es "raro"?, ¿qué pruebas científicas y objetivas tienen para afirmar tal cosa?. Desde mi modesta opinión, prefiero ser un bicho raro a un bicho repugnante y asqueroso de los que configuran la denominada mayoría social.
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