Iniciado por enredada

Me parece que leí en otro post que eras de un poblacho de Jaén, te acompaño en el sentimiento.

Iniciado por Sherezadee

tambien vives en un pueblucho?? bueno,mas que poblacho diria que vivo en el infierno mismo

Iniciado por Elperrolanudo

Creo que no me molesta nadie siempre y cuando no afecten a mi vida.

No tengo nada en contra de gitanos, canis, poligoneras, marujas, ... incluso me parecen personajes atractivos en lo pintorescos, auténticos y esperpentos de la sociedad. En realidad todos lo somos, los que estamos aquí también: unos antisociales hikikomoris resultado de trastornos mentales y decepción social.

En otras ciudades encontrarás otros esperpentos: la alta-burguesía y sus lujos, clase media trabajadora y consumista, los antisistema o indignados, en fin... de todo hay, ¡tremendo espectáculo! ^^ jajaja

En otros países más de lo mismo...

Iniciado por enredada

Ya, pero si vives en un pueblo, la fobia crece. te sientes acorralado en un lugar pequeño y sin posibilidades. Por no hablar de la pesadilla de salir a la calle y encontrarse con conocidos a diario.

Iniciado por Kapbes

Creo que el título no puede resumir mejor lo que siento ahora mismo por el pueblo en el que vivo, después de haber madurado me he dado cuenta de verdad en el sitio en el que vivo: un pueblo literalmente lleno de mierda, sus calles anti higiénicas y llenas de porquería hacen que el pueblo produzca asco a alguien que venga de como yo suelo llamarla, la civilización.

A todo lo anterior se le suma la gente que vive en él, personas que han perdido el respeto por todo, que se te quedan mirando descaradamente por pura envidia o para olvidarse unos minutos de lo miserable que es su vida, canis, gitanos agresivos y farloperos (y que conste que no tengo nada en contra de los gitanos, siempre que sean nobles), marujas a todas horas del día por la calle, niñas de 11 años enseñándolo prácticamente todo y creyéndose las reinas del mundo, los típicos españoles quejándose que no tienen dinero para comer y de que no les contratan en ningún sitio pero están las 24 horas del día en el bar con el quinto en una mano y un cigarro en la otra.

De verdad, preferiría vivir en el mismísimo infierno antes que aquí. He llegado a un punto de tal asco y vergüenza ajena que desde hace dos años hasta aquí llevo pensando que sería más feliz viviendo en la indigencia en cualquier país extranjero que viviendo aquí teniendo millones por doquier. No os podéis imaginar la impotencia que siento cada vez que me levanto y piso la calle para ir al instituto. Es un pueblo feo, sin alma, edificios a medio terminar y con ladrillo rojo al descubierto, la gente ya ha perdido el sentido de empezar un día con ganas, de dar lo mejor de sí mismo y vestirse para impresionar; tiran de chándal y todo arreglado.

Claramente, estos síntomas hacia mi pueblo han venido arrastrados por mi personalidad y por un profesor que tuve hace 3 años, que me abrió los ojos desde muy temprano, y me permitió ver cómo era el entorno que me rodeaba verdaderamente.

Yo soy alguien bastante solitario, y ciertamente, me gusta serlo. No soy el típico al que verás cada viernes poniéndose su traje de gala para ir con los cuatro amigotes de turno que luego te dejan con el culo al aire al botellón de la esquina, yo simplemente disfruto mucho más en casa, haciendo cualquier otra cosa que no sea pillar un coma etílico o ponerme ciego a calimocho o a litros del chino de la plaza.

Uno de mis mejores amigos lleva años preguntándome de por qué no salgo a 'dar una vuelta' como se suele decir aquí, que qué hago por las tardes y por las noches de los viernes, incluso casi todos los sábados me insiste en 'dar una vuelta' por el pueblo; no soy capaz a responderle según lo que pienso, ya que si lo hago, sé que se sentiría ofendido.

Otra de las cosas que me cansan son los temas de conversación de la gente de aquí, todo lo que escuchas son críticas mezquinas al vecino del cuarto, a la prima hermana de la tía de la Carmen, de la Juana, preguntas de si conoces al Mosca, el que mejor farlopa vende del pueblo, conversaciones en general, llenas de odio y rencor que destripan lo miserables que son las vidas de algunas personas. Puedo decir, que yo soy alguien soñador y por eso me considero raro, no me gusta hablar de los golazos que marcó Bale de chilena o lo mal que lo está haciendo Nadal (lo típico, vamos). Me gusta tener conversaciones que pocas personas de este pueblo han tenido ni tendrán: cómo sería vivir en la Edad media, cómo es posible que existamos, preguntas que según mi criterio, podrían alargarse a conversaciones casi infinitas, sin criticar ni echar bilis por la boca, sólo dejando tu imaginación volar.

Personalmente yo me considero una persona rara de por sí, creo que todas las personas que somos calladas, tímidas y que nos gusta ser independientes y vivir lo nuestro a nuestra manera, nos consideramos así. Me gustaría pensar que no soy el único que siente todo lo descrito anteriormente y que hay más personas que están cansadas de ver cada día esa misma situación y que son también soñadoras.

Por cierto, tengo 17 años.