Mi nombre es Diego, vivo en Bogota, desde hace un tiempo, mi familia me obliga a visitar un psiquiatra, pero con el tiempo me he ido dando cuenta, del remedo de divergencia del que se enseñorean estos medicos, siempre tienen una respuesta para todo lo que digo, y nada de lo que opino les parece... Lo que es peor, creen que consiguiendo trabajo, illendo de compras o escuchando la sabiondes de este psiquiatra, se arreglara la vida...