Personalmente no creo que haya una raya que diga: hasta aquí homosexual, hasta aquí heterosexual. Me refiero a una raya innata, biológica. Por supuesto, mental sí que nos la han inculcado, y bien.
Hay estudios sobre esto que digo, no me lo estoy inventando.
Según estos estudios, la mayoría de la gente se mueve entre los dos polos: homo/hetero. O sea, que es raro el homosexual al 100% y el hetero 100%.
Claro que cada cual tenderá a seguir con su inercia mental, según lo que aprendió de niño/a. Eso normal. Muy humano.
Pero no hay que confundir lo aprendido con lo innato.
Por ejemplo: nunca he entendido la relación entre ser rudo, agresivo, competitivo con ser hombre heterosexual. ¿Sería antinatural un hombre no rudo, no agresivo, no competitivo y heterosexual?
Creo que no es una cuestión de naturaleza, sino de historia (inercia cultural).
Si pudieramos crear un entorno donde no hubiera presión social para que los hombres o las mujeres se comportaran de determinada manera por el simple hecho de tener ese sexo, seguramente se vería que habría de todo, como en botica. Habría hombres rudos y mujeres rudas heterosexuales, homosexuales y bisexuales. Y hombres y mujeres más suaves heterosexuales, homosexuales y bisexuales.
Es mi intuición.
La mayoría de las cosas que creemos ciertas y verdaderas son eso: creencias aprendidas (no importa que hayamos olvidado dónde y en qué momento las aceptamos).
Darse cuenta de esto lleva mucho tiempo, mucho replanteamiento. Y para ello hace falta un móvil, un porqué.
Sin ese impulso, no existe cambio de idea. Se sigue el camino aprendido por inercia.
Nota al margen:
Esto mismo imagino que puede aplicarse a nuestros "problemas fóbicos". El cambio viene de dentro*. No se cambia porque los demás quieran que cambies. Es algo que uno "nota" o no. Un punto de inflexión interno. Una duda. Un "espera un momento ¿seguro que la cosa va así? ¿no puede haber una visión nueva (más amplia, quizá) sobre mí y los demás?".
A partir de ahí, pueden empezar las dudas y los replanteamientos. A partir de ahí puede empezar un cambio de perspectiva quizá lento, pero imparable, porque ya prendió la "chispa".
* Digo "de dentro" e "interno" por hablar en un lenguaje que todo el mundo más o menos entiende, pero en realidad no sabría decir qué lugar es ese.
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