Estoy cardiaca, mañana ya es navidad, intento no pensar pero la cabeza me va a mil, ya me veo como acto involuntario en la típica situación de todos los años pero cada vez mas desubicada y me vengo a bajo.
Lo único que me consuela es que como esta noche no dormiré iré con tanto sueño que ni seré consciente de la mitad de las cosas.
Antes de que me habléis de que piense en lo que haría otra persona, que me pregunte qué podría pasar si ocurriera lo peor… y todas esas cosas de psicología y libros de autoayuda, deciros que simplemente es una situación forzada, incómoda y en la que sé lo que pasa por las cabezas de todo el mundo, lo sé porque ya se encargaron de dejármelo bien claro hace muchos años y son personas arcaicas, rancias, pueblerinos, cargadas de problemas y prejuicios. Como lo que yo siento hacia esas personas, que nada absolutamente conocen de mi, es asco y repugnancia pues lo paso peor que si fuera gente hacia la que siento algo de aprecio. Sus retorcidas mentes de serrín y hielo disfrutarán esa noche de un festín en el que podrán juzgarme, tacharme, etiquetarme, sentenciarme, acomplejarme, compadecerme, preguntarse qué hago allí (ellos no son los que me obligan porque la que lo hace es mucho peor que ellos) y hacer como si nada de todo esto fuera cierto.
Como cada año, espero estar muerta antes de mañana.
Todos tenemos bajones, pues el mío acaba de llegar, gracias a la peor noche del año (una tragedia que se encuentre en mi estación favorita, porque sin ella sería un sueño perfecto).
Felicidades a quien haya aguantado leer mi desahogo. Es el primer post que abro porque lo necesitaba.