Cada día que pasa soy más infeliz en mi ciudad. Y no es que esté enfermo, en serio, la gente de mi capital la ha tomado conmigo y me ponen la zancadilla por todas partes. No es justo. Estoy sufriendo mucho. ¿Qué habré hecho yo para merecer este castigo?
Cuando la toman contigo es lo mismo o peor que si estuvieras loco de verdad, creerme.