Desde que tuve la desgracia de un abrir Metroflog por ahí del 2007, he llegado una aplastante conclusión: No me gustan las redes sociales.
Desde esa vez he tenido muchos problemas de autoestima, por los "amigos" que tenía y porque nadie, a excepción de una amiga, "firmaban" lo que subía. Viví por un tiempo algo paranoico, pues pensaba que los demás me ocultaban cosas que no querían que supiera; que en realidad todo mundo era más feliz que yo, y en efecto así fue; abrí un perfil de Facebook en 2011 y mis sospechas se hicieron realidad. A partir de ese momento, diario que abría mi perfil era una constante lucha contra mis reacciones psicosomáticas, todo mundo viviendo una vida perfecta, todo mundo recibiendo comentarios de alabanza y yo aquí pudriéndome en la envidia, el odio y en los más negativos y nada saludables pensamientos. Parecía como que si todas las personas a las que en realidad creía conocer y apreciaba no eran más que Illuminatis tratando de volverme loco.
Con mucho esfuerzo fui dejando de lado esa ansiedad, pero aún así no puedo decir que entro con gusto a esa página, pues tanta perfección me hace desvariar en ocasiones, sucumbiendo ante la envidia. Hoy en día no hablo más que con una sola persona y ocasionalmente con otras solo para asuntos concretos. Solamente doy like a lo que verdaderamente me interesa, ya sea porque un comentario me hizo reír, considero que fue inteligente o compartieron una foto creativa; pero dar like solamente porque lo bonito o bonita que esa persona sea, por más que sea mi amigo o amiga, no gracias, no quiero ser otro pendejo de tu maldito rebaño lamiéndote el culo
No tengo fotos mías y nadie me ha dicho un solo cumplido en lo que he estado en la página, a veces quisiera ser como Tony Stark: Genio, Millonario, Playboy y Filántropo. Dirán que es sólo un personaje ficticio, y lo es; pero el asunto no me preocuparía de no ser porque
existen personas que son así en realidad. De hecho tengo un amigo que es así y por desgracia le tengo envidia. Todo esto me ha dificultado desarrollar mi autoestima, pues me siento una basura infrahumana comparándome con ellos.
El punto es que a pesar de que ya no me causan tantos malestares psicosomáticos en comparación con antes, simplemente no me apetece entrar. Parece que me quedé en los 90's y principios del 2000, cuando sólo existían los chats rooms y el Messenger era novedad; en ese tiempo si no lo gritabas a los 4 vientos, nadie se daba cuenta de cuantos "amigos" tenías o de tu vida personal. Algo que no entiendo es porque todo mundo me borra, aún cuando ellos me han llegado a pedir el Face o tienen un montón de perfiles chatarra.
Otra cosa es que se me da mejor la comunicación cara a cara, por extraño que parezca. De hecho, en línea hay veces que no se que decir, pero cara a cara puedo conversar normalmente. Algunos me dirán que borre mi perfil, pero eso me dejaría en desventaja, pues es la única manera que puedo contactar a muchas personas, aparte de que veo que muchas personas se mantienen en contacto por medio de las redes sociales; pero ¿Qué hacer si la comunicación en línea no se me da? ¿Cómo puedo cumplir con las exigencias sociales actuales si no se manejar dichas herramientas?
Por cierto: también tengo WhatsApp pero tampoco lo uso regularmente (aunque este me gusta un poco más que Facebook)