Hola, gente, os comunico que estoy experimentando conmigo mismo. Llevo dos semanas sin tomar las pastillas de turno (obviamente, un antidepresivo de cuyo nombre no quiero acordarme), en secreto.
Los primeros días pensé en tirar la toalla porque me notaba muy mal,casi me descontrolaba.
Quería ser yo mismo con todas mis miserias, no estar anestesiado. Sigo de forma coherente las enseñanaza estoicas de aceptar el dolor y lo desagradable como si no pasase nada; nada de buscar la inexistente felicidad y esconderme en los "placeres" químicos obligatorios.
Ahora tampoco estoy bien, para qué mentir; pero soy YO MISMO, no un zombi medicado.
Lo bueno del caso es que en casa no se han dado cuenta todavía.
Admito que estando sin relacionarme en público y sin trabajo no tiene mucho mérito, pero al menos me he demostrado a mí mismo que no soy un adicto a los antidepresivos, y puedo dejarlos a voluntad.
Efectos del experimento:
-Me entran ganas de llorar con cualquier cosa, por ejemplo un día me llamó una persona por teléfono, un poco desagradable y casi exploto.
-He vuelto a mi casi olvidado mal humor de toda la vida, qué le vamos a hacer. Pero claro, no vas a estar de buen humor sin hablar con nadie (salvo los viejos) y sin vida sexual.
-La libido me ha subido pero no tanto como pensaba. Serán los años.
Advierto que no quiero imitadores, porque cada persona es un mundo y lo que puede hacer uno no lo puede llevar a cabo otro.
OLE MIS COJONES