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28-jun-2006
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Sí, claro que he tenido esa sensación. Pero he acabado por darme cuenta de algo evidente, no jugamos en categorías distintas sino que jugamos en deportes distintos.
Cada cual tiene sus virtudes y sus defectos, si nos empeñamos en imitar a los demás nos olvidamos de potenciar nuestras cualidades y damos prioridad a los aspectos en los que no somos como otros. Por ejemplo, yo me matriculé en la autoescuela por la simple (y estúpida) razón de que mis colegas se habían sacado el carné de conducir. Me sentía inferior a ellos y necesitaba ese reconocimiento. Fracasé, rotundamente porque no era una necesidad que partía de mí sino estaba impuesta por convenciones sociales que consideraba dogmas.
Ahora ni se me pasa por la cabeza, porque el coche me parece un artilugio inútil y destructivo. Me encanta ir en transporte público y he dedicado mi tiempo a cosas más productivas como conseguir mi título. Todo es cuestión de ponerse uno sus propias metas y olvidarse de la gente de fuera que bastante coñazo nos dan ya con su existencia. [/i]
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28-jun-2006
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Cita:
Iniciado por Amira
Esa es otra: existe de verdad esa jerarquía? porque yo a veces la veo tan clara que asusta...
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Yo no creo que exista realmente. Las personas somos todas distintas y todas pueden enseñarnos algo. Por supuesto que siempre tendremos más en común con unos que con otros (a mi también me pasa como a Nicole con los temas típicos de mujeres) pero eso no quiere decir que nadie sea mejor que nadie. Quizá necesitamos situarnos en una escala para sentirnos seguros, para saber exactamente dónde estamos. Es esta maldita necesidad de control, de que nada se nos escape de las manos.
Uf, aprenderemos a respirar hondo alguna vez??
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29-jun-2006
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Hola, compañeros.
Leyendo sus mensajes, y en especial lo que dice Amira sobre los insultos a sí misma y la comparación con los otros, se me ocurrieron algunas posibles respuestas. Están muy lejos de ser respuesta completas, son más bien un ensayo de respuesta.
Pongo aquí esas ideas a ver qué les parece y si pueden conducirnos a respuestas más completas y valederas para nosotros:
Es difícil evitar la comparación cuando en realidad los otros son los que usamos como referencia para aprender, porque aprendemos de nuestros padres, de nuestros maestros, de nuestros compañeros, amigos, etc.
Los otros, también, son nuestra referencia para saber si nos desubicamos, o no, en determinada situación social. Por ejemplo, nunca iríamos desnudos a la iglesia porque nadie hace algo así, todos saben que eso es una locura. Nunca llevaríamos media cáscara de sandía sobre la cabeza porque a nadie se le ocurre hacer tal cosa.
Hasta para ingresar a un grupo al que no pertenecemos nos aconsejan: “primero observen el comportamiento de los individuos de ese grupo y luego traten de respetar las reglas básicas de ese grupo al ingresar en él”. Algo así se aconseja en el libro “La Inteligencia Emocional”.
Es decir, los otros son nuestra referencia fundamental a lo largo de toda nuestra vida. Son nuestra referencia para saber si estamos locos o no, si somos altos o bajos, gordos o flacos, lindos o feos, inteligentes o tontos, y un largo etcétera.
¡Los otros están presentes en todas las etiquetas que nos ponemos a nosotros mismos, las que los otros nos ponen a nosotros y las que nosotros les ponemos a ellos!
Y si los otros son nuestra referencia diaria para tantas cosas ¿cómo no evitar caer, de manera constante, en la odiosa comparación?
Compararse con otros, más en el caso en que uno está mal anímicamente, es algo muy lógico y normal:
Un día te sentís mal, como tantos otros días, y te parece ver que los otros están bien.
Si yo estoy mal por algo será, si los otros son (o se ven) felices y yo me siento infeliz por algo será, algo tienen ellos que no tengo yo… y ¡saz! Ya te estás comparando. Ya te estás diciendo que no servís para esto o para lo otro, que sos un incompetente y todo lo que se te pueda ocurrir de insultos y agravios. Encontrás una respuesta a tus pregunta de porqué te sentís mal, yo soy el culpable de lo que me pasa porque soy esto o lo otro (y te llenas la cabeza de insultos hacia vos mismo).
Pero si te ponés a indagar en esa respuesta que te das a ti mismo, en ese insulto y agravio, en esa falta de autoestima, descubrís que esa voz no es una voz originada en tu ser. No proviene de tu yo más profundo.
Esa voz que tomás como propia es en realidad una voz prestada. Es la voz que oíste alguna vez en tu pasado. Es la voz de alguien insultándote en tu niñez o en tu adolescencia. Es la voz que se alimenta de todos los insultos que has recibido y que se sigue alimentando de todos los insultos que recibes hoy en día.
Esa voz se ha hecho tan fuerte y está tan grabada en tu memoria emocional, que la considerás como si fuera tu propia voz proveniente de tu interior, cuando sólo es el espejo, reproducido una y mil veces, de la frustración y el reproche de otras personas que te imaginaban de manera distinta, que te desconocían y no sabían nada de ti y que por eso te insultaban, porque te desconocían y te desconocen y que sólo deseaban y desean descargar y proyectar sus propias frustraciones en alguien más. Quitárselas de encima y cargárselas a otro.
Así que esas voces que te insultan desde dentro, que te parecen voces interiores y que te parecen tuyas, no son tus voces… son las voces de otros que han quedado fuertemente grabadas en tu memoria emocional. Quizás tu memoria racional ya no recuerda los hechos en sí… pero tu memoria emocional sí que lo recuerda… son heridas del pasado que asumes como propias. Pero en realidad no son tus heridas, son las heridas de otras peronas.
¡Qué peso carga tu alma! Tú cargas con las frustraciones de tantas personas. No son tus frustraciones, son las frustraciones de otros.
¡Qué fortaleza que tienes para soportar tanto peso! Pues no te descargas en otros. Tienes la suficiente vitalidad para resistir sin derrumbarte definitivamente.
Así que cuando vuelvas a escuchar esas voces interiores recuerda que ellas no te pertenecen, ellas no provienen de ti. Son parte de un pasado olvidado por tu memoria racional. Son solo voces irracionales sin ningún fundamento real. Deja de cargar con ellas y devuélvelas al silencio y al olvido, que es a donde pertenecen.
Un saludo.
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29-jun-2006
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Amira, cada vez que te sientas inferior ante alguien imagina a esa persona sentada en el W.C. con los calzoncillos/bragas bajados. Te aseguro que lo hacen todos los días (salvo estreñidos), aprietan y se les pone la cara roja y sudorosa, o se van de vareta y se salpican sus ilustres nalgas. Todas esas bellezas melindrosas, la Elsa Pataki, esta, la otra, todos esos ultramillonarios estirados, todos esos culos prietos y bamboleantes por los que suspiran los machotes, sueltan dolorosamente su caviar por el agujero negro. Zapatero, Aznar, el Rey, todos. Imagínatelos yéndose de vareta. Y encima la mayoría no saben, o no quieren, ni limpiarse bien el culo (qué obsesión tengo con esto, Dios mío). Si se hiciera un estudio sobre los culos humanos que se contonean por esas calles del mundo veríamos que una mayoría no están bien aseados. Usan dos papelillos y listo. O si no los tontos del culo (que de ahí debe venir la expresión) que atascan las tuberías de los edificios y enriquecen a fontaneros (una fregona envuelta en bolsa de plástico hace milagros) porque usan dos rollos en cada viaje, y es inútil porque cuando la consistencia es pastosa tanto papelamen no sirve. Ni toallitas ni nada, la única solución es bidé, agua y jabón, y comprar manoplillas a menudo. Lo ideal sería el enema, pero no pidamos tanto.
Sé que esto no es muy romántico ni glamuroso pero es la cruda realidad del culo humano, y sólo se quiere a alguien de verdad cuando se quiere y se acepta también la realidad de su culo.
Superiores, ¡já!
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29-jun-2006
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Gracias por las respuestas, aquí va la mía: a Joe Pesci, no creo adoptar ese rol de inferioridad por los posibles pensamientos del otro; sí tal vez asumo como cierta una escala de valores que nos imponen, como belleza, modernidad, ser "cool", etc. Nadie está a salvo de eso, excepto quizá algunos artistas. Prisionero: es útil lo de imaginarlos cagando, siempre olvido tenerlo en cuenta. La idea de Madonna o el Papa pantalones abajo es casi aberrante. Jajajaja..... Psiconauta: estoy de acuerdo contigo en lo de las frustraciones de los demás q nos marcan desde la infancia, en el hecho de encasillarnos en un sitio o en otro según lo q veamos a nuestro alrededor (muy bueno lo q dice natana, sobre "situarnos en una escala para saber dónde estamos") y tb en lo de las voces que no nos pertenecen... prácticamente con todo lo que escribes, pero dime (y esto va tb para nihilista): Si alguien cumple los cánones de belleza, inteligencia, modernidad, etc, ¿no tiene más posibilidades de disfrutar de la vida? Sí, jugamos en deportes distintos, pero al final el objetivo es el mismo: disfrutar de amigos, del sexo, del amor, de reconocimiento social y éxito, y de nosotros mismos... y para algunas de estas cosas, hay que entrar en los cánones.
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29-jun-2006
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Quiero agradeceros a todos el tiempo dedicado a contestarme. Hoy me he sentido genial durante todo el día, después de leeros. Es cierto eso de q las palabras pueden ser curativas. Ójala esta sensación durara para siempre, q sea algo más q un periodo de euforia al q siga la depresión. Creéis q los niveles de serotonina tienen q ver algo con todo esto? A partir de qué momento de malestar debe alguien plantearse ir a un psiquiatra?
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29-jun-2006
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De acuerdo con Psiconauta. Creo que la cosa va por ahí.
Curiosa la teoría de los culos de Prisionero.
Me gustaría preguntarle a Joe Pesci si es psicólogo o psiquiatra.
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29-jun-2006
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Cita:
Iniciado por Amira
Si alguien cumple los cánones de belleza, inteligencia, modernidad, etc, ¿no tiene más posibilidades de disfrutar de la vida? Sí, jugamos en deportes distintos, pero al final el objetivo es el mismo: disfrutar de amigos, del sexo, del amor, de reconocimiento social y éxito, y de nosotros mismos... y para algunas de estas cosas, hay que entrar en los cánones.
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La respuesta fácil puede ser que sí, pero hay mucha tela que cortar en esos asuntos. Esto lo he estudiado y lo he comprobado, por ejemplo muchas chicas que son muy guapas no son felices porque viven su aspecto físico no como una oportunidad, sino como una opresión. Tienen que mantener un peso determinado, no pueden permitirse tener granos, deben maquillarse constantemente, compran ropa de alto precio para estar estupendísimas.....con lo cual, la supuesta virtud se convierte en un arma contra uno mismo.
Tú misma te has contestado al relatar tus objetivos en esta vida. No creo que sea aleatorio que hayas puesto en último lugar lo de disfrutar "de nosotros mismos". Tengo la percepción (es muy posible que equivocada) que tiendes a focalizar tu vida hacia los demás, buscando siempre su aprobación. Eso merma cualquier capacidad de disfrutar de nada porque si el exterior no responde a tus llamadas, ninguna actividad o acción que hagas te dará un mínimo de placer. Primero, aprende uno a estar agusto consigo mismo y luego eso genera mayor adhesión por parte de otras personas. La gente huye de quien no tiene la suficiente fortaleza para quererse a sí mismo.
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30-jun-2006
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Encuentro en los mensajes que leo un montón de vida y de posibilidades.
Interrogantes, cuestionamientos, luchas, desencantos y también posibles respuestas a algunas de mis preguntas.
Las cosas que escriben en este Foro me motivan a pensar y a indagar en mí mismo. A conocer mejor lo que me pasa y a conocer lo que les pasa a otros.
Para mí, dónde yo vivo, me es difícil encontrar personas con las que hablar sobre estos temas.
Lo que me hace sentir bien de leer y escribir aquí no es eso de “mal de muchos, consuelo de tontos”. Lo que me hace sentir bien de estar aquí es que encuentro interlocutores muy válidos para canalizar muchas de mis inquietudes. Hay mucha gente ingeligente aquí y a mi me atrae mucho ese tipo de personas.
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30-jun-2006
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No quiero agregar nada sobre el tema en cuestión sino decir que he quedado bien agradado del nivelazo de las respuestas de este hilo. Se inspiraron todos para contestar. Amira, me alegra que digas que te pudieron ayudar con todo lo que te escribieron.
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