Yo muero por un beso, y por que me acaricien la curva de la nuca, y por sentir que me vuelvo líquida cuando me rozan con un dedo.
Y hace un día del último. Ayer estaba eufórica.
Qué bien sientan las despedidas a veces. Ambos nos vamos un año, cada uno a un extremo del mundo. Ha sido mi primer beso de amigo, sin romanticismo, sólo confianza.
Me muero por lamer unos labios, por creerme bonita y por sentir un orgasmo creciendo pero sobre todo, sobre todo, por confiar plenamente en alguien. Yo siempre lo echo de menos una vez al mes, en especial cuando lo tengo reciente, si no, se va olvidando con el paso del tiempo.