Como si no tuviera suficiente con haber fracasado en los estudios después de haber sido la joya de la corona de la familia, con no tener trabajo, con soportar que mis hermanos pequeños me
roben el poco dinero que tengo tomándome por idiota, con ser retaco, con tener tendencia al sobrepeso y a la personalidad esquizoide, con estar quedándome calvo (a mis 24 años), con tener cara chiste, con tener los pies planos, con tener menos vida social que un cactus en el espacio, con mi mala leche cultivada a lo largo de los años, con mi dolor de espalda crónico, con ser más peludo que un oso en la época de los Beckham, etc... ahora, como si todo lo anterior fuera poco, resulta que también tengo fimosis...
¡TOMA CASTAÑA! ¡Encima cachondeito! ¡Como si no tuviera suficiente con mis dificultades para conseguir pareja, ahora encima tendré que vivir con el temor de no poder tener una vida sexual plena cuando la consiga! ¡TOMA YA! (antes de que alguien me recomiende el irme a operar, debo advertir que le tengo un PÁNICO EXTREMO a las agujas y los quirófanos... y ya no hablemos de la vergüenza).
Volviendo al tema (suponiendo que este desahogo emocional sea un tema):
El Santo Job no era un santo... ¡Era **********!