Yo he probado de las dos: tanto de cara al público como de "roperario" en un almacén y qué decir tiene que ambas situaciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes.
El trabajo monótono es mucho más cómodo, desde mi punto de vista. Vale que es duro estar 8 horas colocando sobres como si fueras una máquina, pero al fin y al cabo solo te exige grandes dosis de abstracción mental.
Te pones en el modo viaje... y hasta mañana.
Sin embargo, de cara al público, por lo menos para mí tiene también muchas cosas buenas. Es verdad que es muy estresante, que muchos días acabas muuuy quemado y que tienes que aguantar a mucho €¿()~@"!!ª que va de listillo por la vida y desearias que se cayase todo el mundo o decirle cuatro cosas bien dichas; pero, y las risas que te echas despues a su costa¿??
Pero, lo más importante para mí es que no es mi sitio natural. Te obliga a lidiar con perros que andan sueltos por ahí sin correa y prefiero forzarme yo a eso; a dar la cara y sacarme las castañas del fuego yo mismo.
No tengo que seguirle la corriente a nadie, ni piropear a ningún cliente; y por supuesto, sé que soy prescindible (el que se crea que no lo es a lo mejor se lleva una sorpresa).
Pero si no me fuerzo a mi mismo a salir de mi rutina diaria y enfrentarme a mis miedos y al mundo exterior quien lo va a hacer, el capitan planeta¿?.
Bastante tiendo yo a aislarme solito para encima ponermelo tan fácil.
Los primeros días es muy traumático; te trabas al hablar, incluso evitas la mirada de los clientes para que no se dirijan a ti... pero eso es al fin y al cabo de lo que está echa mi vida; de miedos e inseguridades estúpidas... y aunque sé que aún no las he superado, prefiero no perderlas de vista.
Desde hace algún tiempo compatibilizo mis estudios con algun trabajillo cara al público, y tengo que decir, que en muchas ocasiones; ha sido el único contacto que he tenido con el "mundo exterior". Si después de tirarme el día estudiando me tengo que meter otra vez a contar palés de cocacolas ya no sé que habría echo... que vale que es superficial, que bla bla bla; pero había muchos días que solo con pensar que me tocaba trabajar me alegraba la tarde; muchas veces todo depende del enfoque que uno lo quiera dar.
Un saludo