¿Os habéis dado cuenta que muchas veces nos preocupamos por ponernos nerviosos ante situaciones en las que una persona normal se pondría también nerviosa?
Me refiero a que nos autoflagelamos por ponernos nerviosos ante situaciones en las que cualquiera se pondría nervioso (p.e, hablar en público, hablar con la persona que nos gusta,...). Situaciones que por si mismas son estresantes.
. Es decir, queremos hacerlo mejor que nadie. Queremos no ponernos nerviosos, cuando es imposible, todo el mundo lo hace.
Tal vez si aceptaramos que en ciertas situaciones es normal ponerse nervioso, nos atreveríamos a hacer más cosas.
Vale, nosotros nos ponemos más nerviosos que la mayoría de la gente, pero mi pregunta es que cuánto de ese nerviosimo extra se debe a que nos exigimos más que nadie.