A mí también me desahoga y reconozco que tenía el clásico prejuicio sobre el llanto, producto de una cultura machista. Que te vean llorar en público si eres hombre es una humillación, una muestra de debilidad. ¡Cuántas lágrimas me tragué siendo un imberbe mientras era machacado a grito de
"¿a qué vas a llorar?"!
Llorar por una razón justificada o porque te sale de dentro (¿qué razón más justificada que ésta?) es verdadera liberación. Y para quien piense que no sirve es que cree, erróneamente, que uno se queda en el llanto. No, el llanto es momento, luego la calma, después la rabia y, finalmente, la fuerza
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