Existo como respuesta a lo que pienso y a lo que digo. Más si simulo ser roca, sin movimiento sin necesidad, habré de morir pronto para no notarlo. Eres viento de tinta, muestras que existes a través de un texto, ¿pero que tanto toca y que tanto expresa? ¿amargura infante en medio de un mundo que no comprende?
Nuestro transpirar nos limita, nuestro temblor y nuestra voz tan ligera y baja que ruega no ser escuchada, soñamos con bolsas o abismos, o con la mirada que despierte nuestra naturaleza y mate nuestro miedo.
"No me mires, quiero ser roca, no delates mi vida, porque no la quiero por como es, sino por tenerla y mis intentos de simular no hacerlo" dices entre susurros y rugidos, "se la distancia que no puede observarme y la cercanía a la que puedo apreciar". El destino habrá querido que la dulzura nazca del dolor y carencia, porque incluso odiando nos sentimos dulces ¿no?, incluso negandolo la belleza parte de muchas partes, y entre ellas, lo distinto.
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