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Iniciado por MissMuerte
joder
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Pues ayer vi esta peli porque su temática me llamó la atención, pero me decepcionó toparme con el mismo elemento
sine qua non de siempre: da igual qué historia te quieran contar, alguien considerará que es apropiado y de una significancia exquisita clavarte chorrocientas escenas de sexo que están ahí por el mero hecho de que pueden estar. Lo que no tiene ningún sentido es que me intenten contar la historia de una persona que se siente eternamente sola, maltratada y despreciada en grado superlativo y que sólo haya una escena de
bullying de apenas un minuto. Luego, en contraste, tenemos cuatro escenas (por lo menos) donde vemos al personaje gozando de los frutos de la sociabilidad, sin apenas un ápice de toxicidad implícita en las pasionales escenas íntimas. ¿Qué coño está intentando contarme el autor? Sí, vale, el coño de la protagonista, ¿pero para qué? ¿Cuál es la razón de enfatizar tanto los momentos de aceptación social en una historia que se justifica por la escasez de los mismos? ¿Por qué las escenas dónde ella es maltratada y rechazada brillan por su ausencia o duran un suspiro?
Parece casi como si la película estuviese sugiriendo un trastorno que lleva al personaje a considerarse más desgraciado de lo que realmente es, pero dudo que esa fuera la intención de los realizadores, o que quisiera abundar en la cuestión de si el lesbianismo de Olga fue determinante en sus actos, ¿pero hacía falta mostrar tantas situaciones de aceptación y correspondencia sexual para luego dar a entender fugazmente que no, que en realidad Olga es rechazada? (Auto-respuesta: pues claro que hacía falta, porque de otro modo no podrían rellenar varios minutos de metraje con gente follando en blanco y negro).
También podemos forzar la máquina y considerar que dejar en un segundo plano los momentos de maltrato de Olga puede considerarse un recurso metanarrativo para que así el espectador se vea igual de desconcertado y sorprendido que la sociedad checa de la época y, de tal manera, se nos da a entender cómo el
bullying y el acoso están invisibilizados y fuera del rango perceptivo de la gente de a pie; es en pos de esta supresión paroxística que sólo vemos a Olga cuando está acompañada de otras personas, enmascarando su depresión y fingiendo que participa del contacto "afectivo" mientras que los demás son inconscientes del báratro que se agita en su interior. ¿Cuela o qué?
Pero ey, que la película no está mal, aunque para mí gusto se queda corta en trasmitir la soledad desquiciante, la rabia contenida y la depresión que se supone que vivió esta chica. Hubiese preferido algo más crudo y seguramente eficaz, como los momentos en los que se relaciona con su madre y ambas se miran con manifiesto desprecio voltaico. Y ahora voy a fingir que estoy en Filmaffinity y la voy a puntuar con un... seis. Por ejemplo.