Casiviva: "El hombre elefante", sin duda, una obra de David Lynch que nos recuerda que tras las disformidades del rostro pueden hallarse personas merecedoras de respeto y ternura. Si hubiese más películas como estas y no como la de "Con derecho a roce" de nuestro querido
Justino Lagodemadera, otro gallo nos cantaría.
Eksdargo: veo que te inspiran esas películas en las que el amor más sublime puede surgir de los individuos supuestamente menos agraciados. El fantasma de la opera, siempre en los sótanos del teatro, siniestro y oscuro porque no le ha quedado otra alternativa, pero de gran corazón y luchador nato. Así somos un poco nosotros también.
Denk: "Taxi Driver" también ofrece ese lado amargo de la ciudad que obliga a sus habitantes a ser duros, a fortalecerse ante las dificultades, pero donde también pueden surgir actos de solidaridad y generosidad como el de ese taxista perturbado que trata de ayudar a aquellos a quienes las calles han atrapado en una vorágine de drogas, prostitución y delito, sabiendo que deberá sacrificar su propia vida para tratar de conseguirlo.
Espero no haber descubierto mucho de la historia. En cualquier caso, "Taxi Driver" es un "viaje" en el que no importa a donde vas sino el trayecto en sí mismo. La he visto muchas veces y nunca me canso de disfrutar la frescura de sus diálogos, las maneras de ese alienígena llamado Travis, la ingenuidad de esa niña interpretada por Jodie Foster o la altivez de nuestra querida Cybill Shepard y, por supuesto, el espíritu siempre presente de esa ciudad, querida y odiada, que es Nueva York.