Producido por la bbc y adam curtis (me encanta este tio), este documental muestra perfectamente cómo la creación de un modelo simplificado de los seres humanos como criaturas egoístas, casi robóticas, condujo al concepto moderno de libertad. Este modelo derivaba (casualmente) de ideas y técnicas desarrolladas por los estrategas nucleares durante la Guerra Fría para controlar el comportamiento del enemigo soviético.
El matemático John Nash (ganador del Premio Novel y polularizado en la pelicula “Una Mente Maravillosa”) partía de la idea de que todos los seres humanos actúan de la misma forma: como criaturas egoístas que sólo piensan en su propio beneficio y constantemente modifican sus estrategias para sacar el máximo provecho de los demás. De allí que era posible tratar de predecir sus movimientos, basándose en los postulados de las Teorías de los Juegos. Este mismo modelo fue desde entonces desarrollado por biólogos genéticos, antropólogos, psiquiatras radicales y economistas del libre mercado, y ha llegado a dominar tanto el modo de pensar político como el del resto de los ciudadanos. Está en la base de las ideas liberales de una democracia regulada por las fuerzas del mercado, de la antipsiquiatría y de la ciencia psiquiátrica modernas.
El resultado, según Curtis, ha sido este paradójico y extraño mundo en que vivimos, que parece haber copiado al pie de la letra lo peor de las distopías imaginadas por Orwell y Huxley en 1984 y Un mundo feliz, respectivamente: un mundo dominado por la cultura del miedo, desbordado por la burocracia, el mercantilismo desenfrenado, en el que se cercenan libertades individuales en nombre de la libertad y la felicidad puede ser alcanzada a través de medios artificiales, con una simple píldora. Los tres capítulos de The Trap resultan imprescindibles para descifrar la retorcida realidad en la que vivimos inmersos, sin percatarnos de sus paradojas.
Quizas sean un poco extensos pero merece la pena verlos. Por mi parte estoy totalmente de acuerdo, vivimos en una realidad inventada en el que somos eslabones de un sistema en el cual se nos exige adaptarnos a un molde de manera que seamos mas predecibles, creando de esa forma (como efecto colateral) cantidad de complejos y falsas emociones distorsionados por esta sociedad. Algo impensable tiempo atras. A veces me da la sensacion de que las calles y oficinas, edificios son como cadenas de montaje de donde cada dia salen seres humanos parcialmente sinteticos y despersonalizados como si fueran zombies. Que facil es sentirse renegado de todo cuanto observamos hoy en dia.