|
|
22-nov-2009
|
|
|
Así como el desprendimiento saludable, el desasimiento sano y el verdadero desapego son signos de equilibrio mental y emocional, la indiferencia es un error básico de la mente y conduce a la insensibilidad, la anestesia afectiva, la frialdad emocional y el insano despego psíquico. Nada tiene que ver esta indiferencia con ese no-hacer diferencia de los grandes místicos debido a su enriquecedor sentido de unidad que les conduce a conciliar los opuestos y a ver el aliento supremo en todas las criaturas y circunstancias. La indiferencia, en el sentido en el que utilizamos coloquialmente este término, es una actitud de insensibilidad y puede, intensificada, conducir a la alienación de uno mismo y la paralización de las más hermosas potencias de crecimiento interior y autorrealización. La indiferencia endurece psicológicamente, impide la identificación con las cuitas ajenas, frustra las potencialidades de afecto y compasión, acoraza el yo e invita al aislacionismo interior, por mucho que la persona en lo exterior resulte muy sociable o incluso simpática. Hay buen número de personas que impregnan sus relaciones de empatía y encanto y, empero, son totalmente indiferentes en sus sentimientos hacia los demás.
La indiferencia es a menudo una actitud neurótica, auto-defensiva, que atrinchera el yo de la persona por miedo a ser menospreciado, desconsiderado, herido, puesto en tela de juicio o ignorado. Unas veces la indiferencia va asociada a una actitud de prepotencia o arrogancia, pero muchas otras es de modestia y humildad. Esta indiferencia puede orientarse hacia las situaciones de cualquier tipo, las personas o incluso uno mismo y puede conducir al cinismo. Hay quienes sólo son indiferentes en la apariencia y se sirven de esa máscara para ocultar, precisamente, su labilidad psíquica; otros han incorporado esa actitud a su personalidad y la han asumido de tal modo que frustra sus sentimientos de identificación con los demás y los torna insensibles y fríos, ajenos a las necesidades de sus semejantes. También el que se obsesiona demasiado por su ego, sobre todo el ególatra, se torna indiferente a lo demás y los demás, al fijar toda su atención (libido, dirían los psicoanalistas más ortodoxos) en su propio yo.
Unas veces la indiferencia sirve como «escudo» psíquico y otras para compensar las resquebrajaduras emocionales; cuando esta actitud o modo de ser prevalece, la persona tiene muchas dificultades en la relación humana, aunque también, a la inversa, podría decirse que al tener muchas dificultades en la relación humana opta neuróticamente por la indiferencia, lo que irá en grave detrimento de su desarrollo interior, ya que para crecer y que nuestras potencialidades fluyan armónica y naturalmente se requiere sensibilidad, que es la quintaesencia del aprendizaje vital y del buen desenvolvimiento de nuestras potencialidades más elevadas, si bien nunca hay que confundir la sensibilidad con la sensiblería, la pusilanimidad o la susceptibilidad.
Muchas veces la indiferencia sólo es una máscara tras la cual se oculta una persona muy sensible pero que se autodefiende por miedo al dolor o porque no ha visto satisfecha su necesidad de cariño o por muchas causas que la inducen, sea consciente o inconscientemente, a recurrir a esa autodefensa, como otras personas recurren a la de la autoidealización o el perfeccionismo o el afán de demostrar su valía o cualquier otra, en suma, «solución» patológica. En la senda del desarrollo personal, es necesario desenmascarar estas autodefensas y «soluciones» patológicas para que puedan desplegarse las mejores potencialidades anímicas, que de otro modo quedan inhibidas o reprimidas e impiden el proceso de maduración.
Esta autodefensa que es la indiferencia se acrisola ya en la adolescencia, en muchos niños que recurrieron a la misma para su supervivencia psíquica, fuera por unas insanas relaciones con las figuras parentales o por su exceso de vulnerabilidad en la escuela y en el trato con sus compañeros o por otras muchas causas a veces no fáciles de hallar. Para ir superando este error básico que es la indiferencia, la persona tiene que abrirse e irse desplegando, aun a riesgo de sufrir, pero asumiendo todo ello como un saludable ejercicio para lograr su plenitud y no seguir mutilando sus mejores energías anímicas y afectivas.
Ramiro Calle, Las zonas oscuras de tu mente
alguien le ve sentido a esto,o se siente identificado con algo...?no tiene que ver con aplanamiento afectivo???.....se puede ser indiferente y tener una vida interior plena...una cosa no quita la otra no.....lo malo es cuando termina en cinismo.....pero puede ser considerada una virtud si se es fobico ...existen fobicos cinicos?
PD:me equivoque este tema va mejor en terapias.
|
Última edición por usuarioborrado; 22-nov-2009 a las 09:37.
|
|
|
22-nov-2009
|
|
|
Cita:
Iniciado por Seregwen
...existen fobicos cinicos?
|
No..por que seria la cura..y dejarían de ser fóbicos…..asi que lo mejor es dejar de hacer y buscar soluciones a los problemas de vergüenza…tocar fondo… este proceso puede tardar algunos años, se requiere bastante aislamiento y no hacer nada, ya en la segunda etapa se sentirá indiferencia hacia lo que los demás piensen sobre uno…mejorara la autoestima..no te importara ser un fracasado, los demás hacen cosas sin sentido para que tanto esfuerzo , este pensamiento es útil y real, luego te aburrirás y jugaras con los demás para matar el tiempo , no sentirás ni veras razones para sentir pena de nada, todo te parece insignificantes y efímero como la vida misma , para que preocuparse tanto por lo que los demás seres piensen o sientan ..… y te volverás cínico..es una solucion muy sencilla y no tantas chorradas que hablan los psicologos ..el pesimismo puede ser una fuerza motora tambien...
|
|
|
|
22-nov-2009
|
|
|
Pues vaya una mierda de vida.
Y por qué haces dos post contestándote en el 2º cuando podrías hacerlo en el 1º?
|
|
|
|
22-nov-2009
|
|
|
.mas basura de vida es la de un fobico..que el miedo irracional le domina,y nisiquiera vale la pena...no pierde ni gana nada....los demas le toman de manera indiferente como si no existieras(freud tenia razon:lo contrario al amor es la indiferencia,no el odio) ..la solución es revertirlo...para llegar a la siguiente etapa ojo..ya que no es suficiente..por que si no ...que razon hay para vivir??ninguna..ya que si nadie te toma en cuenta...mucho peor a que te critiquen,y ser uno mismo.
Cita:
Iniciado por justin
Y por qué haces dos post contestándote en el 2º cuando podrías hacerlo en el 1º?
|
me estaba contestando a mi misma, ya que formule la pregunta..y luego encontré la respuesta..
|
Última edición por usuarioborrado; 22-nov-2009 a las 09:38.
|
|
|
22-nov-2009
|
|
|
Me siento identificado con gran parte de lo que has escrito.
|
Última edición por Antonio68; 22-nov-2009 a las 09:54.
|
|
|
22-nov-2009
|
|
|
A mí el psiquiatra me dijo que era una persona muy emotiva pero que había creado un caparazón de indiferencia hacia los demás para que no me hicieran daño.
En este sentido hay que distinguir principalmente al evitativo/fóbico social (como yo) del esquizoide.
El evitativo huye de la ansiedad que le causan otras personas, y por eso puede aislarse y llegar a sentirse cómodo siendo indiferente debido al hábito, pero en el fondo sufre por ello y desearía estar con otras personas y sentirse querido.
La indiferencia del esquizoide, por el contrario, no la causa el que sientan mucha ansiedad junto a otras personas sino a que realmente no les interesan.
|
|
|
|
23-nov-2009
|
|
|
Cita:
Iniciado por Seregwen
Así como el desprendimiento saludable, el desasimiento sano y el verdadero desapego son signos de equilibrio mental y emocional, la indiferencia es un error básico de la mente y conduce a la insensibilidad, la anestesia afectiva, la frialdad emocional y el insano despego psíquico. Nada tiene que ver esta indiferencia con ese no-hacer diferencia de los grandes místicos debido a su enriquecedor sentido de unidad que les conduce a conciliar los opuestos y a ver el aliento supremo en todas las criaturas y circunstancias. La indiferencia, en el sentido en el que utilizamos coloquialmente este término, es una actitud de insensibilidad y puede, intensificada, conducir a la alienación de uno mismo y la paralización de las más hermosas potencias de crecimiento interior y autorrealización. La indiferencia endurece psicológicamente, impide la identificación con las cuitas ajenas, frustra las potencialidades de afecto y compasión, acoraza el yo e invita al aislacionismo interior, por mucho que la persona en lo exterior resulte muy sociable o incluso simpática. Hay buen número de personas que impregnan sus relaciones de empatía y encanto y, empero, son totalmente indiferentes en sus sentimientos hacia los demás.
La indiferencia es a menudo una actitud neurótica, auto-defensiva, que atrinchera el yo de la persona por miedo a ser menospreciado, desconsiderado, herido, puesto en tela de juicio o ignorado. Unas veces la indiferencia va asociada a una actitud de prepotencia o arrogancia, pero muchas otras es de modestia y humildad. Esta indiferencia puede orientarse hacia las situaciones de cualquier tipo, las personas o incluso uno mismo y puede conducir al cinismo. Hay quienes sólo son indiferentes en la apariencia y se sirven de esa máscara para ocultar, precisamente, su labilidad psíquica; otros han incorporado esa actitud a su personalidad y la han asumido de tal modo que frustra sus sentimientos de identificación con los demás y los torna insensibles y fríos, ajenos a las necesidades de sus semejantes. También el que se obsesiona demasiado por su ego, sobre todo el ególatra, se torna indiferente a lo demás y los demás, al fijar toda su atención (libido, dirían los psicoanalistas más ortodoxos) en su propio yo.
Unas veces la indiferencia sirve como «escudo» psíquico y otras para compensar las resquebrajaduras emocionales; cuando esta actitud o modo de ser prevalece, la persona tiene muchas dificultades en la relación humana, aunque también, a la inversa, podría decirse que al tener muchas dificultades en la relación humana opta neuróticamente por la indiferencia, lo que irá en grave detrimento de su desarrollo interior, ya que para crecer y que nuestras potencialidades fluyan armónica y naturalmente se requiere sensibilidad, que es la quintaesencia del aprendizaje vital y del buen desenvolvimiento de nuestras potencialidades más elevadas, si bien nunca hay que confundir la sensibilidad con la sensiblería, la pusilanimidad o la susceptibilidad.
Muchas veces la indiferencia sólo es una máscara tras la cual se oculta una persona muy sensible pero que se autodefiende por miedo al dolor o porque no ha visto satisfecha su necesidad de cariño o por muchas causas que la inducen, sea consciente o inconscientemente, a recurrir a esa autodefensa, como otras personas recurren a la de la autoidealización o el perfeccionismo o el afán de demostrar su valía o cualquier otra, en suma, «solución» patológica. En la senda del desarrollo personal, es necesario desenmascarar estas autodefensas y «soluciones» patológicas para que puedan desplegarse las mejores potencialidades anímicas, que de otro modo quedan inhibidas o reprimidas e impiden el proceso de maduración.
Esta autodefensa que es la indiferencia se acrisola ya en la adolescencia, en muchos niños que recurrieron a la misma para su supervivencia psíquica, fuera por unas insanas relaciones con las figuras parentales o por su exceso de vulnerabilidad en la escuela y en el trato con sus compañeros o por otras muchas causas a veces no fáciles de hallar. Para ir superando este error básico que es la indiferencia, la persona tiene que abrirse e irse desplegando, aun a riesgo de sufrir, pero asumiendo todo ello como un saludable ejercicio para lograr su plenitud y no seguir mutilando sus mejores energías anímicas y afectivas.
Ramiro Calle, Las zonas oscuras de tu mente
alguien le ve sentido a esto,o se siente identificado con algo...?no tiene que ver con aplanamiento afectivo???.....se puede ser indiferente y tener una vida interior plena...una cosa no quita la otra no.....lo malo es cuando termina en cinismo.....pero puede ser considerada una virtud si se es fobico ...existen fobicos cinicos?
PD:me equivoque este tema va mejor en terapias.
|
Bueno, antes de opinar sobre la veracidad o no de esta teoría, quizás sería conveniente conocer al invididuo que la expone:
No sé, hay algo en esa cara que no me termina de convencer, al menos para tomármelo en serio . ¡Viva la indiferencia, el cinismo y hasta el desapego! Lo fácil que serían las cosas sin gurús que determinen lo que está bien o está mal. Y encima, cobrando por ello.
|
|
|
|
23-nov-2009
|
|
|
Vaya, y esto lo dice alguien que con sus apariciones parece Dios revelando la verdad inalcanzable e incuestionable a nosotros pobres mortales. Mira chaval, hasta las narices estoy de topar con tipos como tú que pretenden ir por ahí dando lecciones y creyéndose genios. Eres la representación de lo mismo que condenas. Tan patético como todos los demás. Asi que deja de hacer gansadas y de creerte el nova más. Sólo eres un cínico con mala baba. Y no te creas tan especial, que de ésos los hay a patadas. Pedazo de imbécil amargado.
|
|
|
|
23-nov-2009
|
|
|
Cita:
Iniciado por Garbo
Bueno, antes de opinar sobre la veracidad o no de esta teoría, quizás sería conveniente conocer al invididuo que la expone:
No sé, hay algo en esa cara que no me termina de convencer, al menos para tomármelo en serio . ¡Viva la indiferencia, el cinismo y hasta el desapego! Lo fácil que serían las cosas sin gurús que determinen lo que está bien o está mal. Y encima, cobrando por ello.
|
XD
si tiene cara de viejo pringado …no se en que estaba pensando al querer leerme ese libro << ,y enrollarme mas con “las zonas oscuras de tu mente”.. como si todo fuera incorrecto, pasa que lo describe como si fuera algo realmente mal que te frena la creatividad y no me parece..
(hablo de la indiferencia)
|
Última edición por usuarioborrado; 23-nov-2009 a las 00:36.
|
|
|
23-nov-2009
|
|
|
Cita:
Iniciado por Irena
Vaya, y esto lo dice alguien que con sus apariciones parece Dios revelando la verdad inalcanzable e incuestionable a nosotros pobres mortales. Mira chaval, hasta las narices estoy de topar con tipos como tú que pretenden ir por ahí dando lecciones y creyéndose genios. Eres la representación de lo mismo que condenas. Tan patético como todos los demás. Asi que deja de hacer gansadas y de creerte el nova más. Sólo eres un cínico con mala baba. Y no te creas tan especial, que de ésos los hay a patadas. Pedazo de imbécil amargado.
|
. ¡Enhorabuena chicos!!! La hemos sacado de sus casillas como, aviesamente, pretendíamos...A ver si ahora conseguimos que cumpla con lo segundo que ha prometido tan efusivamente: que se largue. Lo dudo, le falta valor y le sobra bilis que expulsar .
|
|
|
|
|
|
|