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04-sep-2009
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La vida personal es un camino que uno recorre en un sistema de autopistas muy complejo en donde el mapa no siempre está claro. Una vez que se ha tomado una decisión puede ser muy difícil volver atrás... porque no se puede deshacer lo hecho. Por eso, creo, el libre albedrío es una suerte de determinismo personal. ¿Contradictorio? No tanto, lo que elegimos nos condiciona, por eso es muy importante saber elegir, en tiempo y forma. ¿Pero que pasa cuando nos equivocamos? ¿Cuándo de pronto nos encontramos en un lugar al que no deseábamos llegar de ninguna manera?
Días pasados un amigo me pasó el link de un video en donde Steve Jobs revisa su biografía para dirigir un motivador mensaje a un grupo de graduados universitarios. Me quedé pensando en cuántas veces elegimos condicionados por lo que suponemos que “debe ser”, por el camino más convencional, por esquivar riesgos o adormecernos en los logros de una etapa. Las historias exitosas (exitosas en serio) siempre están construidas de esfuerzo y talento, pero también de intuiciones y pasiones. La vida es larga, o corta, según como nos atrevamos a vivirla.
A veces pienso que la pasión es un arma de doble filo. Poner el alma en un proyecto puede ser devastador cuando el proyecto no funciona ¿Qué pasa cuando encontramos una piedra grande y pesada en el camino?
Pero también es esa misma pasión la que puede inspirarnos para admitir que algo no ha salido bien (aceptar el fracaso no significa que no vayamos a superarlo) y a buscar otra salida. Lo siento, sé realmente un lugar común afirmar que de todo fracaso se aprende (odio los lugares comunes), pero no me queda otra que volverlo a decir. No es fácil entender los indicadores del fin de una etapa, descubrir una oportunidad para volver a enamorarse, tomar nuevas decisiones, virar el rumbo en la autopista de la vida.
Ah... que simple es hablar de todo esto y qué complicado llevarlo a la práctica. ¿Qué es el éxito a fin de cuentas? ¿Una medida personal o simplemente la vara con la que nos miramos en relación a los otros?
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04-sep-2009
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EL tema está en que a veces uno ha de tomar decisiones dificiles, drasticas y pasionales. Decisiones que le repercutiran por el resto de su vida.
Y si no lo haces te dedicas a dejarte llevar: pareja, estudios, coche, casa, hijos...
Solo aquel que toma decisiones drasticas elige su destino. El que sigue la carriente no existe, es un zombie conducido por las olas, de orilla a orilla.
Es preferible arriesgarse y equivocarse, que dejarse llevar y nunca equivocarse.
Almenos podrás decir que esta vida te ha pertenecido.
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04-sep-2009
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Cita:
Iniciado por Krishna
EL tema está en que a veces uno ha de tomar decisiones dificiles, drasticas y pasionales. Decisiones que le repercutiran por el resto de su vida.
Y si no lo haces te dedicas a dejarte llevar: pareja, estudios, coche, casa, hijos...
Solo aquel que toma decisiones drasticas elige su destino. El que sigue la carriente no existe, es un zombie conducido por las olas, de orilla a orilla.
Es preferible arriesgarse y equivocarse, que dejarse llevar y nunca equivocarse.
Almenos podrás decir que esta vida te ha pertenecido.
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Comparto tu filosofia, y como dice un tango "el que no apuesta, no gana y el que no gana es un gil"
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06-sep-2009
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Cita:
Iniciado por Krishna
Solo aquel que toma decisiones drasticas elige su destino. El que sigue la carriente no existe, es un zombie conducido por las olas, de orilla a orilla.
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eso me siento un zombie
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06-sep-2009
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En este foro escribimos los que por una enfermedad no apostamos nada, no podemos dejar nada al azar. Si no hay cura para nosotros, al menos somos los más valientes por no ir con la masa y por soportar lo que poca gente que conozco soportaría.
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