Hola.
Quiero compartir con ustedes (l@s del foro) que hoy cumplí un año de haber iniciado con la actividad de correr.
Esta es una de las cosas que me han ayudado a sentirme mucho mejor, me siento de mejor ánimo, me siento alegre, creo que me disparó la producción de endorfinas.
En un año de actividad atlética quiero compartirles mis experiencias. Recuerdo que al principio tenía la impresión de que estaba siendo observado por todos, que estaba siendo juzgado, (común en un tipo como yo) pero poco a poco fui venciendo a mi propio pensamiento.
Empecé corriendo alrededor de un parque y para llegar a él tenía que ir corriendo por las calles de la ciudad en donde vivo. Ahora corro en un circuito que está en un camellón (En México camellón significa, banqueta que divide los dos sentidos del tráfico de una avenida, generalmente sembrada de césped, árboles y flores.) y de igual manera llego corriendo y paso a través de varias calles. Siempre hay gente cuando paso y sin querer les llamo la atención cuando me ven pasar corriendo. Muchas veces sólo puedo suponer lo que estarán pensando de un loco que va corriendo sin descanso. Pero en otras ocasiones sí he escuchado lo que me dicen, por ejemplo me han gritado: “¡te va a dar un paro! (cardiaco)”, “¡Se te perdió el deportivo! (la pista de atletismo)”, “¡Corre Forrest! (refiriéndose a la película de Forrest Gump)”, “¡Ese hombre nunca se cansa!”, hasta me han insultado diciéndome “¡puto!” (jaja). Y por último y lo mejor para mi es que la mayoría de comentarios que he recibido son piropos en forma de silbidos. Quizá sea porque siempre salgo a correr con un short adecuado para corredores y supongo que no es porque tenga piernas atractivas.
Hubo una ocasión en que iba a ser mordido por un perro (más de uno), supongo que era del tipo “Rottweiler”. Yo iba corriendo a lado de la autopista en una parte que está en construcción, miré un letrero que decía “cuidado con el perro” y sin darle demasiada importancia comencé a atravesar el campamento de trabajadores que están construyendo el nuevo tramo de la autopista. Me confíe en que el letrero decía que sólo era un perro, y caminé despacio haciendo el menor ruido posible sobre el extremo opuesto a donde ya había visto que estaba un perro, eso fue un error que pudo haber sido fatal ya que justo ahí en donde iba caminando estaba un perro más que parecía como si estuviera escondido porque no lo vi antes, y que menos mal estaba encadenado y la cadena no era muy larga. Recuerdo que sentí el aliento del perro en mi pierna desnuda y tuve la sensación de que por ese instante el tiempo pasó muy lentamente. Corrí hacia la misma dirección invadido por el pánico y la adrenalina como nunca había corrido antes y para mí mala fortuna más adelante ya me estaba esperando otro perro el cual también esquivé no sé como afortunadamente. Salí ileso de ese incidente y me dije a mi mismo que jamás volvería a correr con lentes obscuros e iba a desconfiar de todo lugar que fuera desconocido para mí.
Corro aunque haga frio, corro aunque esté lloviendo, corro aunque haya mucho viento, corro aunque esté cansado, corro aunque esté obscuro, corro aunque haya mucho calor, puedo correr a cualquier hora del día. Algunos me dicen que no me obsesione, pero a mí no me importa si me obsesiono o no. Ellos no saben lo que siento. Corro como loco porque no he encontrado hasta ahora otra forma de expresar toda mi furia de manera constructiva, toda esa energía que durante tantos años se ha acumulado a causa de la frustración que originó el no creer en mí mismo, de ese enojo de tener sólo ilusiones, de tener sólo sueños que nunca se hicieron realidad en su momento. Ahora las cosas no han cambiado mucho porque sigo soñando, pero con la diferencia de que trato de ser realista en cuanto a mis posibilidades de éxito en esto del Atletismo. En un año he bajado mis tiempos en los 5 y 10 km y ahora no sé qué vendrá en éste camino. Sólo sé que seguiré por éste rumbo.
Gracias por brindarme un poco de su tiempo para leer mis líneas y gracias a los que mantienen ésta página dedicada a la fobia social.