Más tácticas (anda, que no os podréis quejar pillines).
Te aproximas a la presa con tu porte altivo, sonrisa ganadora y mirada seductora (la pose clásica de un fóbico social, vamos
). Una vez a la altura de tu objetivo, te haces el interesante contándole que eres un espía del FBI de incógnito en misión ultrasecreta buscando un microfilm crucial para el devenir en el conflicto bélico de la república bananera de Joke-Chungo. Asimismo le haces saber que en el pasado participaste en unos experimentos genéticos del ejército que te transformaron en una versión mejorada de Julio Iglesias en la cama.
Si tras esta sarta de disparates, la chica te aguanta el tirón escuchándote embelesada (y no te ha mandado todavía a hacer puñetas), enhorabuena campeón, has encotrado compañera de alcoba.
P.D: Esta operación no está exenta de ciertos riesgos. Si en algún momento observas merodeando por la zona a algún empleado del manicomio municipal, sal pitando dándote patadas en el culo.