Buenas a todos:
Soy nuevo en el sitio pero no muy nuevo con el tema este del HOCD. Vengo luchando contra esta maldición desde hace al menos 14 años. Estoy diagnosticado como TOC general, por suerte en su momento tuve un psiquiatra que me ayudó mucho, pero últimamente recrudeció.
La duda no se va. No sé si alguien tiene, al igual que yo, sensaciones incómodas en la zona de los genitales cuando imágenes o pensamientos o situaciones disparan los ataques de ansiedad. Como dato curioso, estoy en pareja con una mujer desde hace casi 10 años, tenemos sexo y todo bien. Sin embargo, con ella fue con la primera (y hasta ahora única) que tuve relaciones, porque con las anteriores que intenté el TOC (enfermedad que por el momento desconocía) me atormentaba tanto que en el momento del coito no lograba tener una erección (aunque de saber que NO iba a tener sexo tenía erecciones normales), lo que me llevó a seguir cuestionándome más y más. Comparto mi experiencia por si a alguien le sirve.
Cuando era muy, muy chico (tres o cuatro años) me provocaban erecciones las tapas de las revistas de culturismo. Como anécdota, las mujeres musculosas me siguen resultando muy excitantes.
A los 7 años en juegos de niños un compañerito de la primaria (recontra gay de nacimiento) me dio un chupón en el pene; el me preguntó si quería y yo, como todo niño de 7 años, no tenía nada claro y le dije que sí. Luego el me preguntó si yo quería hacérselo y le dije que no. No obstante, este pensamiento y recuerdo me atormentaba sobremanera al intentar tener sexo. Tuve relaciones no consumadas (con besos, manoseos y etc.) con varias chicas, pero consumé solo con mi actual pareja.
Así y todo, antes de conocerla, en esos años turbulentos de desconocimiento de mi problema, sufría mucho y sentía que pasaba el tiempo y que mi inexperiencia iba a dejarme virgen para siempre. Nunca tuve fantasías de tener sexo con un hombre pero sí, como cualquier HOCD, pensamientos intrusivos, sobre todo relacionados con amigos. La pornografía hetero me hacía mal: me provocaba gran ansiedad y miedo ver a los hombres desnudos. Entonces optaba por mirar imágenes de mujeres solas o de lesbianas. Los pensamientos intrusivos (del tipo de "a mí no me gustan los hombres"; "a mí me gustan mucho las minas", "yo no soy homosexual", "yo no soy puto", etc.) o las imágenes (de penes, de hombres desconocidos o transeúntes desnudos, de amigos desnudos, etc.) llegaron a ser intolerables.
Lo peor era (me sigue pasando) pasar involuntariamente la mirada por la zona genital de un hombre: me despertaba una sensación en el pene extraña e incómoda, para nada placentera pero definitivamente asociada con algún tipo de excitación y/o de ansiedad. Muchas veces le dije a mi cabeza "ok, soy bisexual. Ok, soy puto, pero no me molestes más!" por supuesto sin ser ni lo primero ni lo segundo. En mis peores épocas evitaba el más mínimo roce con hombres; esto se hace bastante difícil cuando medís más de 1,80, pesás 95 kilos y tenés que viajar en subte o colectivo en horas pico.
Al día de hoy, aunque por supuesto miro porno (como cualquier mortal con acceso a internet), puedo mirar sexo hetero y me gusta, aunque trato de desviar la mirada de la parte masculina. Por supuesto que al caer en páginas porno aunque uno busque hetero hay posibilidades de que aparezcan imágenes de hombres solos o de hombres teniendo relaciones homosexuales, y las he visto y, en el medio de la excitación, no me generaron nada adicional pero su aparición me molestó muchísimo.
Nunca caí en buenos psicólogos: o eran muy lentos, o eran muy boludos, o no sabían lidiar con un paciente como yo. Y a los buenos no podía pagarles... El primer psiquiatra que me atendió me ayudó mucho y las pastillas hicieron su parte (junto conmigo). Sin embargo, la trifluoperazina y la risperidona (que tomé en momentos diferentes, siempre combinadas con fluoxetina) ME AFECTARON EL METABOLISMO Y ME HICIERON ENGORDAR MUCHO!! Eviten a toda costa la risperidona (la trifluoperazina ya no se usa).
Para cerrar, les cuento que no soy homofóbico de ningún modo, tengo amigos y conocidos gays y no me genera ansiedad compartir una charla o un café con ellos. Aunque intento no mirarlos a los ojos ni a ellos ni a hombres hetero (aplico el viejo truco de mirar a la frente, al entrecejo, etc.) y en general de no mirar a la boca, ya que eso me genera una enorme ansiedad y sensaciones desagradables en los genitales y en los labios.
¡Vivan las mujeres argentinas, las más lindas del mundo!
¡Saludos!