Me parece bien que cada uno crea lo que quiera, pero no que piensen que están en poder de la verdad absoluta. Allá ellos los que quieran autoengañarse con una existencia más allá de la presente.
Yo ignoro lo que hay después de la muerte, y por consiguiente no puedo creer en nada, porque mi mente rechaza convencerse de algo sobre lo que no hay ninguna certeza.
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