Algo que se lee por aquí con bastante frecuencia es considerar que para no ser fóbico social hay que retornar a la "normalidad". Ya sólo escuchar las palabras "normal" y "natural" me produce repelús, porque se abusa mucho de ellas y son equívocas. Considero que es un enfoque incorrecto del problema. Una persona cuya personalidad encaja dentro de la sintomatología de la fobia social puede desear no padecer esa sintomatología, pero para conseguirlo no tiene por qué aceptar lo que la sociedad considera como "normal" o "natural". La normalidad no es más que mayoría, y en cuestión de votaciones o decisiones comunes la mayoría hay que aceptarla (aunque se equivoque),
pero en cuestión de personalidad NO. Lo natural, por su parte, es lo que sucede en la naturaleza, y no creo que nadie piense que lo que ocurre en la naturaleza, en la selva por ejemplo, se puede aplicar a los seres humanos.
Un fóbico social quiere dejar de tener ansiedad cuando se encuentra con desconocidos, quiere no anticipar lo negativo, quiere dejar de sudar y marearse en situaciones estresantes, pero para eso no necesita ser un dominguero que va a la playa en alpargatas y se pone en medio de la masa sudorosa y vociferante a devorar una tortilla arenosa, ni necesita ser un joven "normal" al que por cojones le deben gustar las discotecas, y debe emborracharse, fumar porros, tomar alguna raya de coca, ser promíscuo sexualmente, etc. Hacer todo eso, doblegar todo lo positivo que hay en nuestro carácter y ceder a la "normalidad", sólo es reconocer una derrota.
También es curioso que lo que hace unas décadas se consideraba anormal, ahora ya es normal entre los jóvenes, es decir, se han transformado acciones que en su día fueron rebeldes en actos de puro borreguismo tradicionalista. Porque hoy en día lo rebelde, extraño y marginal para un joven es rechazar todo ese "mundo de la noche" y no aceptar la bebida, el tabaco, las drogas, la promiscuidad, etc, sino disfrutar del día y de la noche desde una perspectiva saludable, con los cinco sentidos en buenas condiciones y no medio cegados para no ver lo estúpido de sus diversiones.
Por todo ello, que nadie os engañe haciéndoos creer que para dejar de padecer los síntomas de la fobia social es necesario renunciar a vuestra personalidad y convertiros en eso que llaman "personas normales". Eliminad lo negativo de vuestra personalidad, los sudores, la timidez, el temor a los desconocidos, etc, pero conservad lo positivo de vuestro peculiar carácter que es mucho y os diferencia de la mayoría de seres vacíos, superficiales y ociosos que pululan por nuestro mundo. Que se jodan los normales: yo soy raro y a mucha honra.